La mañana del 29 de mayo de 1970, un grupo armado integrado por Ignacio Vélez Carreras, Fernando Abal Medina, Emilio Maza, Mario Eduardo Firmenich, Carlos Maguid, Carlos Gustavo Ramus y Norma Arrostito, secuestró a Pedro Eugenio Aramburu.
Esa misma tarde, en el sótano de “La Celma” —una casa de campo, propiedad de la familia Ramus, ubicada en Timote, al norte de la provincia de Buenos Aires— la agrupación Montoneros, lo sometió a un “juicio revolucionario”, acusándolo de los fusilamientos de Juan José Valle y sus seguidores, del secuestro del cadáver de Eva Duarte de Perón y de haber preparado el golpe contra Onganía. Lo ejecutaron el 1 de junio de 1970.
“El germen” de dicha agrupación guerrillera, explica la periodista Alejandra Conti, proviene “de familias de clase media y alta católicas, militantes y nacionalistas”. En efecto, en el entorno de la revista Cristianismo y Revolución, se conocieron Abal Medina, Firmenich y Ramus, con el sacerdote Carlos Mugica, asesinado por la Triple A durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón. Ahora bien: “la doctrina religiosa no habilitaba a matar. Por algo Mugica no se había sumado a la guerrilla”, agregó. De hecho “los integrantes de Montoneros no solo estaban dispuestos a cumplir el rol de mártires, sacrificar la vida propia, sino que se arrogaron también el derecho a segar la ajena”, sostuvo, citando a María O´Donell, autora de un libro que ha sido editado recientemente, sobre el caso.
Al parecer, durante el kirchnerismo, para conquistar a cierta clase media y a la élite ilustrada, se produjo una reivindicación de las acciones del grupo guerrillero Montoneros, que se auto-asignó la autoría del secuestro y fusilamiento. Tal reivindicación formó parte central del relato que presentó a estos militantes armados como parte de una épica, en la cual una juventud maravillosa, una generación que quería cambiar el mundo, “de la mano de Néstor y Cristina”, venía a completar su proeza.
Casualmente, en el mismo edificio del barrio de Recoleta en el que fue secuestrado el militar, vive, desde hace treinta años, el politólogo e historiador Natalio Botana, quien ha manifestado, recientemente, que los Montoneros no hicieron una autocrítica y que el secuestro y asesinato de Aramburu inaugura “la década más negra que vivió el país en todo el siglo XX”. Según su parecer, el ex presidente de facto, fue elegido porque había adoptado una actitud conciliatoria y por los avances que había realizado en ese sentido, al generar un acercamiento con el sector que había enfrentado. Además, en esos años, estaba latente la idea de que el poder podía ser conquistado por las armas, idea con la que comulgaba el catolicismo intregralista, que había nacido como una versión de extrema derecha y quiso instaurar un nuevo orden mediante el uso de la violencia y la redención social. Asimismo, Botana apuntó que las proscripciones fueron un error clave. “Las proscripciones en general no nos han llevado a ningún lado” plantea el profesor emérito de la Universidad Torcuato Di Tella, desde el primer momento.
A los Montoneros “se los viene reivindicando desde hace muchos años, por lo menos desde hace una década, desde que fue cuestionado el informe Nunca Más, encabezado por el prólogo de Ernesto Sábato, que distinguía entre los distintos tipos de violencia y se cambió en 2006. Se los quiere presentar como idealistas y soñadores”, concluyó.
Mauricio Yennerich
En la foto Mario Eduardo Firmenich, en momentos de ser extraditado de Brasil como delincuente común, en octubre de 1984. Sobre ese período, Botana expresó: “El presidente Raúl Alfonsín no sólo llevó a juicio a los comandantes de las Fueras Armadas, sino que también se juzgó a los responsables de la Triple A y de Montoneros” y agregó: “Desearía que hubiera una mayor revalorización de la figura de Alfonsín”.
Fuentes:
- Conti, Alejandra: “La Argentina violenta. Firmenich, sin autocrítica, a 50 años del asesinato de Aramburu”, Suplemento Ideas, La Nación, 16.05.2020.
- De Vedia, Mariano: “Los Montoneros no hicieron una autocrítica y los presentan como soñadores”, La Nación, 23.05.2020.