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miércoles, abril 24, 2024
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Asalto a mano armada y la seguridad que se degrada

Desde hace años, El Colono del Oeste ha señalado que la situación de la seguridad en Esperanza tiene aristas, que si no se tratan son irreversibles. Aunque se construya una comisaría en cada barrio, se llene la ciudad de policías y se compren motos y móviles, la realidad va a seguir desmejorando. Porque la solución no proviene del problema y porque hay una realidad geográfica inmodificable.

 

El asalto a mano armada a una familia despensera del Barrio La Orilla, es otra nota más, en una disfuncionalidad social permanente, en deterioro constante.

Hace 10 años atrás señalamos que del robo sin armas, se pasaría al robo a cuchillo, y que del delito en la calle y en los comercios con arma blanca se pasaría al de las armas de fuego. Un negocio que en Santa Fe y en Rafaela se sostiene en la compra y alquiler de armas de fuego en el sistema negro. Eso sucede hoy.

Previmos como se pasaría del consumo de marihuana al de cocaína, pastillas y drogas pesadas. Eso sucede hoy.

Otro de los problemas planteados hace años era y es que, si se sigue poniendo dinero y recursos humanos en Santa Fe principalmente y también en Rafaela, la delincuencia primero iba a actuar en Las Colonias, y posteriormente se asentaría en Esperanza, ciudades y poblaciones del interior departamental. Eso sucede hoy.

Para Esperanza y este sector de Las Colonias es una gracia laboral y comercial vivir a 20 minutos de Santa Fe. Y resulta una desgracia ser en la actualidad un barrio alejado de la ciudad capital. La delincuencia en auto o en moto tarda lo mismo en ir y venir desde Santa Fe, que un vecino del Barrio Sur ir hasta el Balneario Municipal.

Ni hablar del delito del tráfico, venta y consumo de drogas.

Hace 30 años atrás, cuando nadie hablaba de este tema, señalamos qué era lo que iba a suceder. Primero se incluiría la clase alta y media alta. Luego a la clase media y trabajadora y finalmente ingresarían los soldaditos y delivery de los sectores más pobres.

¿Era una profecia? No. Ese fue el camino de los países como Estados Unidos, México y Colombia, y luego Bolivia y Paraguay. Porque a los narcos no le interesan las clases sociales, sino el dinero, solamente.

Hoy, un soldadito delivery gana 100 mil pesos mensuales por repartir droga en la ciudad. El problema es que un narco vendedor local tiene a lo sumo 5 años de buena vida, después viene la cárcel, la enfermedad del consumo y hasta la muerte. El dinero del narcotrafico es una felicidad que dura un ratito, como un “toque”.

Y cuanto más se apriete el control social mediante las fuerzas de seguridad, más crímenes habrá. Rosario y Santa Fe son la muestra del derrotero que lleva ese camino.

Es real que faltan policías, patrulleros, comisarías, controles, prevención. Pero aún si se respondiera a ello; el año que viene va a pasar lo mismo.

El fracaso de los gobiernos no es un acto gratuito. No es que se vaya un gobierno total viene otro. Eso es un negocio para pocos. Y sus amigos oportunistas. Y deja millones de personas en estado ruinoso, y reproduciéndose.

La solución de la seguridad lleva años y se hace construyendo fábricas, creando barrios de viviendas para la gente que trabaja, sostiendo a los sectores productivos rurales, quitando deudas a una sociedad que está abrumada y abarrotada de boletas de pago. Pero haciendo que también las bolsas, los bancos y las financieras ganen plata trabajando para el sector productivo, porque el país es una timba desde hace decenas de años.

                                                    Daniel Frank