Diego Tempo y Natalia Solís tienen dos hijas, Dana de 20 y Giuliana-fotografía- de 18, estudiante del quinto año del Colegio San José. Sin dudas que la fotografía es impactante y su padre cuenta.
“Desde muy jóvenes tuve pasión por la vida de la naturaleza, plantas y animales. Con mi esposa íbamos a los montes y lugares naturales. Conocimos y estudiamos a los animales. Mi mujer tiene pasión por las mariposas y yo por los ofidios. Por éso los estudiamos, filmamos y fotografiamos. Quien mira la foto dice: El padre está loco. Pero por conocimiento científico sabemos que el oficio que tiene en un palo, es absolutamente inofensivo, a pesar de ser feo en su aspecto. Mucha gente por miedo lo mata y así arruina la cadena de especies y de la vida.
Para amar a la naturaleza y al mundo, hay que conocerlo y respetarlo. Los peces están siendo devastados, los sapos y ranas casi no existen y son ellos los que comen las larvas de los mosquitos. Los mosquitos se multiplican, nos traen enfermedades y pestes, entonces usan toneladas de venenos en las ciudades y los campos, que no sólo matan los mosquitos.
Hoy los jóvenes en Esperanza como en el mundo, adoran la tecnología, viven 24 horas metidos adentro de los celulares, los televisores y las computadoras, mientras se prenden fuego a los montes e islas y se matan las especies, plantas, aves, insectos, han desaparecido las mariposas, porque nadie tiene conciencia de lo que pasa, y que el mundo y la sociedad humana así no tiene destino”.