“Hola. Necesito hacer un descargo por aquí, soy la madre del delivery agredido, Ezequiel .
Estoy sintiendo la impotencia y la inseguridad que está viviendo nuestra querida ciudad de Esperanza. Pensando en todo lo que pudiera haber pasado y no pasó, ¡Gracias a Dios!
Es dificil arrancar de cero para la juventud esperancina que quiere emprender algo y encima pasan estás cosas…
Y entonces te replanteas si estás en el lugar correcto o tenés que escapar a otro país cómo lo hiciste en épocas pasadas, para poder progresar.
Todos pudimos alguna vez escuchar decir que se roba por hambre.¡Esto eran bebidas!
Y lo peor de todo es que fue el agredir verbal y físicamente entre tres personas a una. Sin dudas que estamos ante un problema social dónde hay demasiada impunidad.
Y termino con una frase. Más conozco a la gente más quiero a mi perro.
Gracias por permitirme hacer este posteo” dice la mamá del pibe que trabaja de delivery en la ciudady que fuera atacado reientemente por tres desclasados.
Covid y el dolor familiar
Un joven escribe en Facebook una reflexión donde cuenta una historia que sucedió en una localidad de Las Colonias. Dice que eran dos hermanos que les gustaba socializar. Asado que se hacía, asado que estaban, pese a tener padres mayores y las recomendaciones de sus hermanos y familiares. Hasta que un día, lamentablemente enfermaron con el Covid y contagiaron a sus padres, que lamentablemente fallecieron.
Obviamente las consecuencias familiares son muy fuertes y con decirlo es suficiente, siendo inútil al tema abundar en detalles.
Desgraciadamente suceden estas historias ante muchas personas que hasta son capaces de negar la pandemia. “Esto es lo que no se entiende” dice este vecino.