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viernes, octubre 4, 2024
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El 74% de las argentinas no sabe que tener mamas densas aumenta el riesgo de cáncer

Un 59 por ciento de las mujeres ni siquiera había escuchado alguna vez el término. Las campañas “Cuidá las lolas” y el examen en el Posadas.

El 74 por ciento de las mujeres argentinas desconoce que la densidad mamaria en un factor de riesgo que puede aumentar entre dos y seis veces el riesgo de desarrollar cáncer en esa zona del cuerpo, reveló un estudio reciente de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM).

Las llamadas “mamas densas” son aquellas que están compuestas casi en su totalidad por tejido fibroglandular (glándula y tejido de sostén) y bajo tejido graso (adiposo), lo que no significa una afectación o enfermedad, pero sí genera más dificultades a la hora de detectar un tumor.

“Sólo un 26 por ciento de las mujeres encuestadas conocía la relación entre densidad mamaria y cáncer. Las investigaciones demostraron que tener mama densa aumenta entre dos y seis veces el riesgo de desarrollar cáncer de mama, por ello es fundamental que tanto los médicos como las pacientes estén atentos”, explicó la doctora Karina Pesce, autora del estudio.

Para llegar a los resultados se entrevistó a 1.588 mujeres de entre 18 y 82 años “con un alto índice de acceso a la información y al conocimiento” (el 78 por ciento de ellas poseía estudios universitarios o terciarios) y “con acceso a la salud” (el 91 por ciento poseía obra social o prepaga).

“Un 59 por ciento de las mujeres nunca había escuchado acerca de las mamas densas, y el 26 por ciento de quienes sí habían escuchado el término lo habían conocido a través de un médico. Es un indicador bajo, sobre todo si tenemos en cuenta que el 64 por ciento de las que se realizaron al menos una mamografía a lo largo de su vida, no estaban familiarizadas con esa categoría”, analizó Pesce.

La importancia del autoexamen

Según la especialista, el problema que traen las mamas densas es que, en una mamografía, los nódulos pueden quedar ocultos por el tejido denso, lo que dificulta el diagnóstico temprano. Para explicar ese fenómeno, Pesce trazó una analogía entre el aspecto de un pecho en la mamografía y el cielo: “Las mamas con mayor proporción de grasa se ven como un cielo sin nubes, y el nódulo -que se ve blanco en la mamografía- se destaca con la nitidez del sol. Pero, a mayor densidad mamaria, se suman nubes al cielo y se hace más difícil verlo”.

Por su parte Daniel Lehrer, especialista en diagnóstico por imágenes, afirmó que “la efectividad de la mamografía para detectar cánceres se reduce a la mitad en las mamas muy densas“, por lo que propuso complementar ese estudio con ecografías y “tomosíntesis”, un estudio 3D de la mama. “A partir de los 40 años, complementar la mamografía anual con una ecografía permite encontrar aproximadamente 50 por ciento más de carcinomas pequeños en las mujeres con mamas densas”, aseguró. Así, para detectar la enfermedad a tiempo se recomienda a las mujeres de más de 40 años realizar, al menos, una mamografía anual si no tienen antecedentes familiares y, en caso de que los tuvieran, comenzar con los controles a los 30.

Según se desprende del estudio, sólo un 36 por ciento de las encuestadas sabía que el diagnóstico de mama densa se hace a través de una mamografía y, pese a contar con cobertura médica, un 27 por ciento de las mujeres en edad de realizarse los estudios no se los hace: “Eso se traduce en que tres de cada 10 mujeres no se realizan la mamografía”, enfatizó Pesce. El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en la mujer y se origina por el crecimiento rápido y desordenado de las células que revisten los conductos de la mama. Si no es tratado de manera temprana, puede avanzar hacia otras regiones del cuerpo, principalmente los ganglios linfáticos axilares.

En la Argentina, una de cada ocho mujeres que alcanzaron los 80 años padecieron esa enfermedad en algún momento de su vida, mientras que se detectan entre 15.000 y 20.000 nuevos casos por año, recordó la SAM. El alerta más frecuente es la palpación de un tumor, nódulo o dureza en la mama, aunque hay otros síntomas de menor ocurrencia, como retracciones o hundimientos en la piel o el pezón, enrojecimiento en la piel, descamación o pérdida de sangre por el pezón o la palpación de un bulto en la axila.

“Cuando una mujer detecta alguno de esos síntomas debe consultar inmediatamente al especialista para aclarar su origen”, concluyó Francisco Terrier, miembro de la SAM.

El colono del Oeste