“¡ Baila con el alma, sin mirar a los costados, brilla , brilla con sonrisas. Esto no es competencia, ésto es compartir la misma pasión !”.
Cuando el sol cae y el “fresco” vuelve a la ciudad con las primeras sombras, en los barrios, comienzan a sonar los tamboriles.
Por las calles, se los ve pasar a los pibes y a las pibas en bicicletas y motos, rumbo al lugar de ensayo, en lugares cerrados y abiertos.
Mientrs tanto, en los hogares, las madres y las abuelas especialmente, las hermanas y las primas, las amigas y los amigos, comienzan a recortar, armar y pegar una a una a las lentejuelas en los trajes.
Y los sueños del carnaval se plantan en escena y despliegan sus alas. La fiesta que encarna al hombre más terreno, la música, el canto y la danza se hacen con el enorme placer de estar vivos y manifestarlo con desparpajo por las calles, justo un día antes que llegue la Cuaresma Cristiana.
Miles de personas disfrutan el carnaval en Esperanza, que había entrado en el túnel oscuro del Covid, enfermedad que le llegó al alma, pero lejos está de haber muerto, fue sólo un sueño de dos años donde cerró sus ojos.
El carnaval volverá a Esperanza. Cuentan que puede hacerse en la coqueta Avenida Rafaela -sería fantástico- o tal vez en el Sum del Predio Ferial, con entradas controladas. Hoy la provincia no permite más de quinientas personas de público en un espectáculo, en lugar cerrado o abierto.
Lo cierto es que recorriendo los barrios se los ve a Marilú en el Sur, Bella Flor en el Norte al igual que la mitológica Carioca y se suma la comparsa de los chicos y chicas del NIDO del Barrio La Orilla.
Cuentan los protagonistas, que el carnaval podría hacerse realidad el sábado 26 y domingo 27 de febrero.
Hay que recordar que el lunes 28 y martes 1ro. de marzo son feriados y que el miércoles 2 de marzo comienzan las clases.
Seguramente algunas cosas pueden modificarse y otras llegar nuevas. Una esperada por todos es que el gobierno provincial dé autorización para libertad de cantidad de público en espectáculos en la provincia. Y que de acuerdo a los pronósticos que dan los expertos, es posible.
Y es un carnaval con mucho sacrificio. Sólo saber que un kilogramo de plumas comunes cuesta 60 mil pesos, basta para darse cuenta lo que se trabaja en cada barrio por estas horas, para llevar un espectáulo de carnaval de calidad a los esperancinos y a la región.