26.5 C
Esperanza
jueves, abril 18, 2024
InicioActualidadEl goleador que subió a Tigre a la "A" de Argentina es...

El goleador que subió a Tigre a la “A” de Argentina es de Libertad de San Jerónimo Norte

Pablo Daniel Magnín, nacido en San Jerónimo Norte el 25 de abril de 1990, tiene 31 años y es delantero. Y fue el goleador del ascenso de Tigre a la primera división del fútbol argentino. De San Jerónimo Norte, se inició en el club Libertad para luego sumarse a las inferiores de Unión de Santa Fe.

Su debut como profesional se produjo el 9 de marzo de 2010, en la derrota de Unión 2-1 ante Platense en el ascenso e ingresó a los 18 minutos del segundo tiempo por Paulo Rosales.
Formó parte del plantel Tatengue que logró el ascenso a la Primera División en 2011. Su debut en la Primera División se dio el 22 de agosto de 2011, en el empate 0 a 0 entre Unión y Belgrano.
El 10 de marzo de 2012 convirtió su primer gol en Primera con la camiseta de Unión, en la victoria 2 a 0 ante Atlético Rafaela. El 16 de marzo, volvió a convertir en el empate 3 a 3 de Unión y Vélez.
Jugó también en Instituto de Córdoba, San Luis de Quillota de Chile, San Martín de San Juan, Temperley y Sarmiento de Junín.

Magnín en Clarín
«Las cosas más sublimes y bellas de la vida no deben escucharse, leerse ni verse, deben vivirse”, escribió Soren Kierkegaard, el filósofo existencialista danés, uno de los autores predilectos de Pablo Magnín, el delantero del Tigre que acaba de coronarse campeón y máximo goleador de la Primera Nacional con 22 gritos. No lee los periódicos, no mira televisión, no usa las redes sociales. Magnín nunca leerá este artículo.
Y como buen estudiante de filosofía, pone los valores de la vida en un plano diferente.
Ahora que a sus 31 años todo el mundo habla de él, sus 22 goles, la marca que deja después de año y medio en Tigre, ahora tiene los dos pies en el suelo. Muy diferente a sus inicios en Unión de Santa Fe, allá por 2010. Entonces, pensó que cuando tenía 20 años, jugando en Primera División, con el mejor auto, todos lo iban a conocer. Algo se creía que no era así. Y le costó salir de esa burbuja y darse cuenta de que era uno más.
Los números dicen que hasta hace tres años, apenas había marcado 27 goles, 9 en Unión, 17 en Instituto y uno en San Luis Quillota de Chile. Luego de dos temporadas en San Martín de San Juan sin anotar, explotó: 7 goles en 12 partidos en Temperley, 16 en 19 en Sarmiento (goleador de la Nacional B 2019/20 hasta sanción por pandemia) y 29 en 46 en Tigre (y de nuevo el artillero superior).
Además de la Licenciatura en Filosofía que ha estado cursando desde hace un par de años a distancia, se animó a pintar y ya tiene media docena de cuadros. Le gusta el rock y el blues y tiene a Indio Solari y The Rolling como sus favoritos. También se define por un par de tatuajes de Diego: el rostro, la firma y el diez. También uno de Diego Barisone, su socio y amigo de las inferiores del Sindicato, fallecido en 2015 en un accidente automovilístico.