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jueves, marzo 28, 2024
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El velatorio de un ángel

Con el dolor y las lágrimas en el rostro. Sentados a ambos lados de la calle Moreno,  en la zona de la funeraria y a metros de Avenida Córdoba, se encuentran familiares y amigos del pequeño Ignacio.

En un día nublado y frío, ancianos, adultos, jóvenes y niños sentados en las veredas y dentro de la sala de velatorio, llegaron para poder darle el último adiós a Ignacio Cáceres.

Esperancinos y personas de otras ciudades, se hacen presentes para apoyar a la familia en este momento tan cruel y difícil para sus vidas.

Cronistas de este medio hablaron con ellos,  quienes en medio del llanto triste del momento, tuvieron palabras de agradecimiento para el municipio esperancino que “nos acompañó en todo momento” al  igual que “a la sensibilidad humana de los bomberos voluntarios de Esperanza”.

La autopsia decidida por el Fiscal Alejandro Benítez, a fin de alejar cualquier duda sobre el hecho, demoró el velatorio que se cumple pasado el mediodía de hoy lunes. Los restos del pequeño descansarán luego en el cementerio municipal.

El niño era muy apegado a su madre, y era “el del medio”, y en esa jornada todos apostaban a que había ido a almorzar junto con un hermano mayor en la casa de su papá, dado que sus padres se encuentran separados. Cuando la familia advirtió que no había sido así, pasado el mediodía, comenzó la búsqueda desesperada por la zona de la plaza central del Barrio Los Troncos. Incluso se dio participación a la Brigada K9, con perros especializados en rastreo, de los bomberos voluntarios de Pilar.

Fueron los bomberos esperancinos lo que encontraron su cuerpo, bajo del agua, en un canal de la zona de las calles Tucumán y Houriet. A 50 metros de su casa.

Algunas personas cercanas a la familia especulan que el pequeñito habría querido saltar el  curso de agua y calló dentro, sin posibilidad de salir dado la profundidad del mismo y la escasa altura del niño.

Existe una profunda tristeza en la comunidad por esta desgracia tan dolorosa. Pareciera el velatorio de un ángel, tal la pena profunda en los asistentes.