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jueves, abril 25, 2024
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Estremecedor relato de joven que denuncia haber sido abusada por sus padres

Dice llamarse Adriana Schimdt. Tiene 34 años. Casada, con hijos, uno de ellos fallecido según cuenta en el video que se ha hecho público y sacude a la sociedad de San Jerónimo Norte, en el departamento Las Colonias.

En un relato grabado en Instagram cuenta acerca de una denuncia hecha ante la Justicia- cuya documentación muestra ante la cámara- por supuesto abuso sexual contra dos personas a quienes llama “mis progenitores”. Es decir, quienes serían sus padres.

La joven indica hoy que ese abuso sexual comenzó hace treinta años, cuando ella contaba con 4 años. El relato pareciera más destinado a su propia comunidad donde explica porque era “la rara” de la escuela donde no hablaba, no compartía juegos ni recreos o actividades físicas como se lo dice a sus compañeros escolares.

Si bien, no explica hastas cuando se manifestaron las supuestas agresiones sexuales contra ella, se supone que fueron por años y acusa a su madre de saberlo y aún no denunciarlo cuando sus pades se divorciaron. E indica que con ella presente, sus padres miraban peliculas cargadas de pronografía, lo que da un indicio de complicidad de los padres en este abuso que es altamente agravado.

Con sus ojos llorosos y en otros con silencios propios de su estado de angustia al hacer pública su denuncia, la joven de San Jerónimo Norte le dice a sus compañeros de escuela desde su más tierna infancia: “si no sabían porqué era la rara y la loca, ahora lo saben”. Y esta confesión también es para la comunidad.

Por lo que dice se deduce que sus padres están en libertad mientras cuenta con dolor que “yo he perdido todo. Mi familia. Renuncio a la casa que me ha dejado mi padre, y a la que no dejé vender sólo porque allí vive mi madre. Que ellos se arreglen. No quiero esa casa donde viví el peor infierno. Yo no valgo una casa” manifiesta mientras brotan lágrimas de sus ojos.

“Hay muchos niños y niñas como yo, víctimas del abuso intrafamiliar. Incluso muchas chicas y chicos que se han muerto con ese silencio horrible. Aunque la Justicia pareciera que defendiera siempre el derecho de los victimarios, yo ya no me callo más, ya no lo soporto más. Por mí y por todos los niños y niñas que lo están padeciendo” subraya esta joven mujer en un relato que estremece sólo de  escucharlo.

Daniel Frank