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sábado, abril 20, 2024
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Investigación y obra que puede cambiar consumo de agua en la ciudad

Los profesores Graciela Stessens, Hugo Roldán, Andrés Benesovsky y Pablo Bonvín presiden la mesa. Junto a ellos los 10 estudiantes que son el “núcleo duro” del proyecto en el cual, dejan en claro, trabajaron los cuatros cursos de Técnicos Químicos y Técnoicos Electromecánicos.

Fueron una de las tres escuelas que ganaron el premio del Conicet, que es el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, el máximo organismo que tiene el país en materia de ciencia y de tecnología.
Fueron 20 los proyectos -como ya lo dijimos en su oportunidad- que se presentaron en Rosario en el marco del programa Proyecto Ciencias para las escuelas de nivel medio. El gobierno municipal los acompañó a través de la profesora Adriana Robledo, Secretaria de Culturas y Deportes Municipal.
En la mañana de ayer, profesores y alumnos dieron detalles del proyecto, que es aprovechar el agua de lluvia para ahorrar el agua de red, que es potable y que es un recurso esencial para la vida humana, que es agotable.
Los alumnos de la Escuela de Educación Técnica Profesional Nº 455 “José de San Martín” explicaron en conferencia de prensa en la sede escolar que van a utilizar un tanque importante, que no se usa y que está en la escuela desde que se hizo el nuevo edificio. Ese será el reservorio. Si no se puede, se van a construir tanques en espacios de la escuela.
Se esperan los dineros de las fundaciones que participan en el proyecto y de los organismos nacionales con el fin poner en marcha el proceso, para que en setiembre de este año, hacer una primera evaluación.
La idea es que el agua de lluvia sirva para ser usada en los sanitarios y en otros usos, pero que además, pueda usarse para lavar automóviles, usarse para los lavarropas, lavar la vereda y patios y regar jardines.
En setiembre van a evaluar si podría usarse el agua de lluvia para bañarse, lo cual junto con el agua que se va en los sanitarios, resulta una cifra de consumo importante en una casa.
Los estudiantes respondieron, respecto del uso familiar, que en la ciudad de Rafaela, por ejemplo, si bien no se usa el agua de lluvia, es ya ley que para construirse nuevas viviendas, debe hacerse bajo un doble sistema.
Un pozo para agua de consumo y otro para agua de uso. Obviamente que si la casa ya tiene agua de red, se hace un poco para agua de uso y no de consumo humano.
Es un tema que la ciudad, Ejecutivo y Concejales, ya debieran tener en cuenta por cierto. Y de hecho, sabemos que el Ejecutivo ya lo tiene presente.
Otro tema que surge a partir de este proyecto científico y técnico de la Escuela San Martín, es, si otras escuelas o si, en su defecto, todas las escuelas, públicas y privadas -algunas tienen más de mil alumnos- podrían implementar este sistema a partir de esta extraordinaria experiencia.
Serán millones de litros menos de consumo de agua de red y de consumo humano.
Y aun, si los organismos e instituciones públicas no podrían implementarlo, como la Municipalidad o la Unidad Regional XI.
Por supuesto que el sector privado también podría hacerlo, sobre todo en lo que son las construcciones nuevas en el Parque Industrial.
Cuanto más se piensa, más “revolucionario es el proyecto”.
“El objetivo es reducir el consumo de agua potable, un bien escaso, reemplazándola por el agua de lluvia, que tiene menor dureza y conductividad -eso beneficia a las cañerías- sobre todo teniendo en cuenta los grandes volúmenes de lluvia en los últimos 4 años.
El sistema puede ser implementado en la escuela y luego en las casas de familia.
Este trabajo conjunto comenzó a gestarse con los alumnos del sexto año técnico químicos que egresaron el año pasado, dado que esos estudios corresponden a esa modalidad.
Este año son las dos modalidades: técnicos químicos y técnicos electromecánicos.
“Estas propuestas no podrían llevarse adelante sin el apoyo del personal docente y el equipo directivo, siempre predispuesto a atender las inquietudes y deseos de superación de nuestros estudiantes” dijeron los profesores.
Cabe señalar que el proyecto “Manos a la Ciencia” tiene como partícipes necesarios al Instituto IDEFAR de la ciudad de Rosario, Max Planck Rosario, Conicet, la Universidad Nacional de Rosario y las fundaciones Medife y Bunge y Born.
El director del Conicet de Rosario, doctor Roberto Rivalora, destacó el desarrollo de la ciencia en la escuela.