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jueves, abril 25, 2024
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La Colectiva: entre libros y lectores     

Así se denomina el proyecto de formación, extensión, capacitación e investigación que presentaron María Alejandra Diez, Araceli Boumerá, Andrea Límido, Alejo Roa y Cecilia Mana, docentes del Instituto Superior del Profesorado Nº 8 Anexo Esperanza.

El proyecto “La Colectiva: entre libros y lectores” fue presentado “a la Secretaría de Cultura y Deportes de la Municipalidad Esperanza. Luego de ser aprobado, fuimos derivados a la Secretaría de Servicios Públicos, quienes nos recibieron y hoy se ubica en Terminal de Ómnibus de la Ciudad de Esperanza” contó Cecilia Mana.

Al ser consultada sobre el inicio de esta propuesta, la docente detalló que “se comienza a escribir a principio de año. Posteriormente, se reunieron las donaciones recibidas como, por ejemplo, mueble, libros, revistas, juegos, la gráfica y pinturas. Tras ello se formalizó el traslado para concretar la ubicación de La Colectiva en la Terminal de Ómnibus de Esperanza”.

Para la entrevistada “es importante crear este espacio: biblioteca pública y gratuita denominado La Colectiva entre libros y lectores, en la terminal de ómnibus, como un lugar más de formación y un modo de visibilizar el trabajo del Anexo Esperanza del Instituto Superior del Profesorado Nº 8.  Además de ser un aporte a la comunidad, al viajero, que tendrá la oportunidad de tener en sus manos, un libro, una revista, el tiempo que desee”.

Se denominan también “bibliotecas al paso, bibliotecas en paradas de ómnibus, de trenes, en terminales, en parques y diversos espacios y lugares de diferentes localidades, ciudades. Proyectos que nos inspiraron en el diseño de la presente propuesta para la ciudad de Esperanza, Santa Fe” pormenorizó.

En este sentido, Mana reseñó que “desde el Instituto venimos desarrollando, hace ya un tiempo prolongado, propuestas de formación en territorio. Podemos mencionar las visitas a fábricas, museos, bibliotecas, como por ejemplo el proyecto “Descubrir el lugar que habitamos. Recorrido por la ciudad de Esperanza”, que se propuso en el marco de las cátedras Taller de Docencia III y IV, en el año 2013, realizando un viaje en colectivo visitando aquellos lugares emblemáticos y representativos de la comunidad esperancina, y que tuviera su repercusión en medios locales años posteriores[1]”.

Se suma “la participación en la Noche de los Museos, en las jornadas patrimoniales con los proyectos de investigación sobre el mercado municipal y el matadero, entre otras. Para nosotros la formación no sólo es académica sino también cultural, ya que teje con paciencia una urdimbre con otras organizaciones e instituciones, y las bibliotecas, especialmente, las consideramos esos lugares donde circula el conocimiento” detalló.

La propuesta “no requiere inscripción previa y sólo hay un requisito: cuidar los libros.  Revista, libros para leer en la terminal durante la espera o, si se llevan por algún motivo, se solicita si es posible devolverlos o aportar otros ejemplares. De esta manera deseamos favorecer la circularidad que hace que el proyecto sea sostenible y se nutra de la diversidad de los títulos que podamos ir aportando” comentó.

Según la docente se trata de “una lectura para la espera entre grandes y chicos. Un paseo por la ciudad. Un momento para buscar, hurgar.  Tal vez un libro de poemas, un cuento infantil, de historia, de cocina, nos atrape y nos conduzca a la imaginación, a la formación. Libros y revistas de todos los géneros y para todas las edades”.

Al respecto indicó: “Confiamos que los estudiantes del Instituto y los ciudadanos en general se vayan apropiando de la propuesta y, con esto, ayuden a sostenerla y cuidarla para que nunca falten libros en la Terminal.  Llegar con un libro ya leído bajo el brazo y dejarlo en la biblioteca o revisar en las estanterías, espiar la contratapa de otro y compartir una lectura. Así es la propuesta, un lugar bajo el cuidado de todos, un ejercicio de ciudadanía, de derechos culturales, de promoción de la lectura. La creación de una nueva forma de vivir en la ciudad”.

Para la docente “esto nos permitirá seguir proyectando, como Instituto formador, acciones con otras bibliotecas, con museos y diversos espacios culturales. También convocar a la conversación, a jornadas sobre la lectura o a la presentación de libros. Será un espacio también para trabajar desde las cátedras del Instituto que deseen sumarse al proyecto con acciones y propuestas. Es compartir el deseo y la pasión por la lectura. Una biblioteca al cuidado de todos para una forma de libertad del usuario y de elección”.

[1] Montú, R. & Límido, A. (septiembre de 2015). Descubrir el lugar que habitamos en un recorrido por la ciudad de Esperanza. El Colono del Oeste, sección 3, (pp. 1 – 16)