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jueves, abril 25, 2024
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La UNR presentó sus universidades populares en el homenaje a la Reforma del ’18

Serán al menos 6 sedes, una por cada distrito. La primera sede estará en La Siberia y el primer curso es de Diseño e Indumentaria.
Ciento tres años se cumplen de ese 15 de junio de 1918, en que los estudiantes universitarios estallaron como movimiento que resquebrajaría las estructuras académicas bajo jóvenes gritos de más democratización, laicidad y apertura a los sectores medios. Conmemorando esa historia reformista, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) presenta este martes presentó hoy el programa Universidades Populares, en Esmeralda 2541. Se implementarán espacios físicos de formación y capacitación en el territorio. Serán al menos 6 sedes, una por cada distrito de la ciudad de Rosario. El puntapié inicial con salida laboral será el de Diseño e Indumentaria, en vínculo con la Facultad de Humanidades y Artes.“La democratización del acceso a la educación superior es una tarea en construcción permanente. Aun cuando vamos derrumbando fronteras, siempre es necesario más para hacer presente a la universidad pública donde todavía no está y hacer que lleguen a la Universidad quienes todavía no pueden hacerlo”, expresó el rector Franco Bartolacci antes de agregar que la UNR retoma así «la mejor tradición del reformismo, convencidos de que no hay épica más urgente que la de la inclusión».

La primera sede tendrá lugar en el Espacio Esmeralda en barrio República de la Sexta, un espacio que fue tradicionalmente territorial y de participación comunitaria. Allí se implementaron a lo largo del tiempo innumerables actividades con niños y niñas del barrio. Ahora se abrirá el primer trabajo con Humanidades.

También se sumarán a este programa los Centros de Extensión ya existentes en zona oeste y en zona norte como el Club 20 Amigos y el Centro Universitario de Acción Territorial (Cuat) de la UNR, ubicado en Alberdi y se trabaja en la suma de un cuarto espacio en el marco del proceso de urbanización de Nuevo Alberdi.

El proyecto contempla culminar este año con la instalación de al menos un espacio en cada distrito de la ciudad. El programa dependerá del Área de Extensión y Territorio de la UNR. Cada Universidad Popular tendrá un organigrama básico conformado por un equipo territorial de coordinación integrado por profesionales del área.

Formación y capacitación
El curso Introductorio de Diseño de Indumentaria contará en su primer módulo con los contenidos de «Creatividad, Molderia y costura». Estará destinado a 15 personas y comenzará en agosto de este año, de manera presencial, con protocolos, modalidad en burbujas. Lo dictarán docentes de Humanidades y Artes y de la Escuela de Diseño.

Se trabajará con organizaciones sociales del barrio República de la Sexta y vecinos que asisten al Centro de Asistencia a la Comunidad (CEAC).

El objetivo de la Universidad Popular es implementar en el territorio, espacios de formación, capacitación y acompañamiento que brinden herramientas para la inclusión socioeducativa y laboral de jóvenes y adultos de la ciudad de Rosario.

Los ejes que organizan el nuevo programa son la territorialidad, la inclusión socioeducativa, la intersectorialidad y la gestión participativa.

La Universidad Popular se conforma como instituciones territoriales que, a través del diálogo con organizaciones sociales y a partir de una política de proximidad, ofrecerán cursos que se acoplen y puedan ser acreditados en las carreras que ya se dictan en las facultades, y por otro lado, diversos dispositivos de acompañamiento y nivelación al materialicen el cursado de carreras de mayor duración.

Dentro de la estructura básica de cada espacio del Programa se desplegarán tres espacios interrelacionadas: un Área de Formación y Capacitación que organizará todo lo concerniente a cursos y demás instancias de formación (tecnicaturas, Escuela de Oficios, diplomaturas, bibliotecas populares), un Área de Arte, Cultura y Comunicación que tendrá como fin la promoción de diversos lenguajes estético-expresivos y un Dispositivo de Acompañamiento al ingreso universitario que tendrá como propósito facilitar e incentivar el ingreso de jóvenes a las carreras universitarias a partir de diversas formas de acompañamiento así como también de una articulación fluida con los diferentes niveles del sistema educativo.

Historia de la mecha reformista
En plena coyuntura de postguerra y tras la Revolución Rusa, Córdoba fue en las primeras décadas del siglo XX una mecha del escenario político de revuelta en que se encendería en el país y que incluía a capa estudiantil de la comunidad académica.

La cultura mediterránea era monástica, pervivían los claustros de monjas y frailes en cada manzana y la escolástica era la ciencia imperante. En 1918, de las cinco universidades argentinas (Buenos Aires, Córdoba y La Plata, nacionales, y Tucumán y Litoral -Santa Fe- provinciales), la cordobesa era la más conservadora.

Los sectores medios de la juventud comenzaron a reclamar laicidad y democracia y la Reforma evidenció el descontento de mano del movimiento obrero ferroviario y del calzado.

Hacia fines de 1917 se elevaron petitorios con reclamos hacia el sistema de asignación de cátedras y ante la inacción de las autoridades, en marzo de 1918 el movimiento amplió sus demandas al rechazo del régimen de asistencia, poniendo sobre la mesa la condición social del estudiantado: “Mientras la Universidad es manejada por una casta de abolengo, el 90 por ciento de sus estudiantes se mantienen a sí mismos”.

Los estudiantes pusieron en pie el Comité Pro-Reforma, convocando a la huelga general estudiantil que fue intervenida por el gobierno de Hipólito Yrigoyen. Primó la expectativa estudiantil de que los sectores liberales de la docencia permitirían elegir autoridades ajenas a la Iglesia, pero no prosperó. El 15 de junio se realiza la Asamblea Universitaria para elegir al nuevo rector y surge el nombre del candidato clerical Antonio Nores.

Los estudiantes que habían puesto en pie la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), con Deodoro Roca, Enrique Barros, Tomás Bordones y Saúl Taborda, respondieron enfrentando a las fuerzas de seguridad, declarando la huelga general, tomando la Universidad y convocando a movilizaciones callejeras.

«La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa «, finalizaba el Manifiesto liminar, escrito por los reformistas el 21 de junio de 1918.

El movimiento estudiantil amplió no solo su extensión, llegando al resto de las universidades del país dando lugar al nacimiento de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y movilizando a varias casas de sudamérica, sino que se articuló con los sindicatos obreros de la provincia. Convocaron al primer Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios, se aprobaron los reclamos de gobierno tripartito y paritario y docencia libre. El estudiantado disputa su espacio de gobernabilidad.

El apoyo se manifestó en piquetes de huelga comunes que fueron reprimidos por el accionar policial. Los reformistas comenzaron a incluir entre su ideario el planteo de la extensión universitaria, entendida como la puesta en práctica del conocimiento al servicio de los sectores más vulnerables de la sociedad, por eso es que la iniciativa de la UNR con su nuevo proyecto de Universidad Popular sigue este paradigma.

“El universitario puro es una cosa monstruosa”, dijo Deodoro Roca. El precedente había sido la creación de la Universidad Popular de Córdoba por parte de Arturo Orgaz en 1917 para la formación de obreros, a la que se sumó después la inauguración de cátedras nocturnas para quienes trabajaban de día. La Federación de Buenos Aires (FUBA), en la cuna de Máximo Marcelo Torcuato de Alvear Pacheco, no tuvo la impronta popular de FUA y la FUC, hubo marchas y contramarchas, pero ya no había marcha atrás: una nueva universidad había nacido y su irreverencia se adelantó medio siglo al Mayo Francés de 1968.