Más allá del Covid-19, la situación de dolor por perder a un familiar o un amigo “de toda la vida” y no poder despedirlo, es un hecho altamente penoso. Desde marzo, los velatorios y los entierros de personas fallecidas por cualquier enfermedad, están suspendidos.
Sin que esos decesos tengan que ver con el coronavirus, el cual tiene un protocolo especial que se ejecuta.
Se sabe que en el municipio se ha hecho un protocolo para que ello suceda con la mayor prontitud posible.
Sin embargo, El Colono del Oeste ha consultado a diferentes fuentes y la respuesta es la misma: “estamos muy lejos todavía”.
Racionalidad, humanidad y cordura
Siempre hablando de personas que lamentablemente dejaron de existir, se sabe que en algunas poblaciones de Las Colonias, aquellas que no han tenido el virus en la localidad o tuvieron uno o dos casos, hay presidentes comunales que atendiendo a la faz humana, permiten que bajo un estricto control y compromiso familiar, los familiares directos, sin suma de personas y por unos pocos minutos, en casas de familias o en salaas velatorias, se puedan despedir de un padre, de una madre, de un hijo o de un abuelo.
Un hecho de salud espiritual y física que tiene que ver con la cordura y el sentido común, sobre todo en lugares donde el riesgo del contagio del Covid es inexistente.