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viernes, abril 19, 2024
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Marcos Palo Oliver se puso a derecho con la Justicia Federal

Se entregó en sede policial, acompañado de su abogado, el esperancino, Marcos Palo Oliver, que era buscado por toda la policía federal y el Interpol.

El mismo se apersonó en la Comisaría Primera, se identificó y se puso a disposición de la Justicia, que lo busca como posible líder de una banda dedicada a la compra y venta de sustancias tóxicas.
La información es extraoficial y de acuerdo a lo que se señala, estaría detenido en la Comisaría de nuestra ciudad.
También se dijo, que en las primeras horas de hoy, con una fuerte custodia policial, habria sido trasladado ante el Juez Federal de Santa Fe que había dictaminado su captura nacional e internacional.
Marcos Andrés Palo Oliver se habría entregado en la madrugada del lunes en la Comisaría Primera y las fuentes lo señalan como proveniente del sur provincial donde se encontraba escondido.
Se cuenta en estas horas que en las primeras horas de hoy fue trasladado a la Fiscalía Federal N° 2 de Santa Fe de Walter Rodríguez.
La búsqueda del presunto líder de una organización narco, con sede en nuestra ciudad, sigue siendo un interrogante para los investigadores del caso. Sobre Marcos Andrés Palo Oliver pesaba una búsqueda nacional e internacional promovida por la Fiscalía Federal Nº 2, a cargo de Walter Rodríguez, quien en su momento emitió el pedido de captura.
Se lo acusa de ser de responsable de haber montado una estructura comercial abocada a la venta y distribución de estupefacientes en Esperanza.
Dicha estructura contaba con comercios como fachada, y fue desbaratada el pasado 25 de agosto del 2018 después de nueve allanamientos efectuados -ocho en Esperanza y uno en Humboltd- por la Brigada Antinarcóticos del departamento La Capital.
En esos procedimientos resultaron detenidas unas siete personas, de las cuales permanencen detenidas cuatro, un matrimonio del Barrio Norte y sus dos hijos mayores, pero el presunto líder, Palo Oliver, logró eludir los operativos y quedar prófugo.
A raíz de ello, la Fiscalía Federal emitió un comunicado donde solicitó que cualquier tipo de información que colabore con el paradero de Palo Oliver.
Sabiendo que lo buscaban, el esperancino, por medio de una abogada particular, en su momento, el año pasado, presentó un escrito ante el Juzgado Federal Nº 2, donde pidió que se garantice su libertad en caso de entregarse por sus propios medios. Al pedido se le corrió vista al fiscal Walter Rodríguez, el cual se opuso.
Desde ese entonces, Palo Oliver continuó prófugo de la Justicia Federal santafesina.
El pasado 25 de septiembre, los pesquisas antinarcóticos de la ciudad capital de la provincia, volvieron a allanar un departamento en Esperanza, en la zona Este de la urbe esperancina, donde supuestamente se encontraba Marco Palo Oliver junto con su pareja, pero no encontraron a nadie.
En estas horas se decide la suerte de su futuro inmediato a manos de la Justicia.

Elevación a juicio

Para los detenidos en su momento, el orden de responsabilidad mayor recae en “Chuky” Álamos y Mealla, los cuales tenían poder de disposición de toda la droga secuestrada el 25 de agosto (885 gramos de cocaína y 1,286 kilos de marihuana).

Entre los acusados se encuentran cuatro miembros de una familia de apellido Álamos. Dos hermanos, Walter Andrés, de 27 años, conocido por su alias de “Chuky”; Emanuel Abel, de 29 años y apodado “Tuka”; y los padres de ambos: Orlando Omar Álamos (alias Muce o Arbolito), de 50 años; y su esposa Miriam Beatriz Rudolf, de 46. En tanto los dos restantes son Federico Augusto Mealla, de 26 años y Maximiliano Esequiel Reidel, de 28.
Los seis fueron procesados con prisión preventiva por el juez federal N° 2, Francisco Miño, por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravada por la intervención de tres o más personas en forma organizada”, delito por el cual el fiscal Rodríguez pretende que sean juzgados.
En cuanto a los roles que cumplían cada uno de ellos dentro de la organización, el Ministerio Público Fiscal puso en cabeza del prófugo Marcos P.O. el gobierno de la organización, tal como revelan las escuchas telefónicas que son parte de la pieza acusatoria y que serán motivo de una causa por separado hasta tanto se haga efectiva su captura.

Como el estupefaciente estaba distribuido en los seis domicilios y en un auto Peugeot 206, luego a cada uno de los restantes implicados, se los responsabilizó por la fracción que tenían bajo su custodia. Aunque en el caso de Tuka Álamos (sindicado como “el empleado” de P.O.) y Reidel se los acusó de haber intervenido en la venta bajo la modalidad de “delivery” señaló en su momento el diario El Litoral.
Los uniformados allanaron en simultáneo el comercio (una despensa) y casa familiar de los Álamos, de calle Sarmiento al 3900, donde vivía el matrimonio con el menor de sus hijos; también una vivienda ubicada en Moreno al 2000 de Humboldt, de la novia de Chuky; y la casa de su hermano “Tuka” en Maestro Donnet al 1900 de Esperanza.

Además, un departamento de General Paz al 3900 donde vivía Mealla; en Pittier al 1400 fue hallado Reidel; y una casa de Rafaela al 1200, donde Marcos P.O. vivía junto a su pareja. Por último, fue requisado un Peugeot 206 en el que Walter Álamos intentó escapar de la policía. En todos los inmuebles se produjo el secuestro de drogas, se dijo.

Abrumado por la detención y a sabiendas de que el presunto “jefe” de la organización se había dado a la fuga, uno de los implicados no tuvo inconvenientes en confesar que la caja fuerte que fuera secuestrada en su casa era propiedad de Marcos A. P.O. y que se la había dejado a causa de un viaje que realizaría. Lo llamativo fue que en su interior no había dinero, sino una importante cantidad de cocaína, incautada en el marco de la causa.
Como fue declarado rebelde por el Juzgado Federal N° 2 porque no pudo ser indagado junto a los demás imputados, el Fiscal Walter Rodríguez solicitó la captura internacional para Marcos Andrés P.O., cuyo nombre comenzó a formar parte de la lista de la Organización Internacional de la Policía Criminal (Interpol). Además, el responsable de la acusación adelantó por entonces que iba a solicitar una recompensa para quien pudiere aportar datos reales sobre su paradero y contribuya a la captura.
Tal como lo informó la fiscalía el año pasado, el buscado “aparece imputado como responsable de encabezar una organización destinada a la comercialización de estupefacientes, que principalmente operaba en la ciudad de Esperanza, cuanto menos entre 2017 y 2018”.