Son pibes. Necesitan sacar cartel de guapo en el barrio y entre los suyos. Contar sus fechorías en las redes de internet, Wassapp e Instagran entre otras diversiones adolescentes y juveniles. Es nada más que para “mojarle la oreja a la gorra” en un viernes a la noche y que algún medio hable de ellos por un ratito. El problema ya es de los padres, porque lo que han cometido es un atentado contra un bien público. Y eso es grave y caro.
¿Cuánto tiempo le llevará a la policia que se revisen las cámaras de seguridad? Un ratito. Luego vendrá capturar las imágenes, identificarlos e irlos a buscar a la casa. Un lindo regalo del día del padre por cierto.
Pintar una planta de marihuana y ponerle la firma en 30 segundos. Salir un ratito del anonimato, hacerse por unas horas visible. Haciendo un daño. Sin el mayor esfuerzo. Para “hacer un poco de bandera” y ser alguien que la sociedad no le pide, pero que lo hace “alguien” entre los propios. Pero no será más que “un atrevido” como se sabe en la calle.
Es un dibujo simbólico qaue resulta tan ilustrativo de un camino equivocado por el que se llega a ninguna parte. Ser “un guapo” en la vida es otra cosa.
Hay que decir que ayer, especialmente al caer de la tarde, la policía trabajó a destajo en toda la ciudad. Era un ir y venir constante de patrullaje, chequeo de personas y vehiculos y vigilancia. Seguramente eso se repetirá hoy y mañana. Eso si es positivo. Porque etimológicamente la palabra policías es cuidador de ciudad y de ciudadanos.
Y éso es bueno para todos, menos para los pibitos “atrevidos”. Y una tristeza para la familia.