Al júbilo de las campanas y con una plaza totalmente colmada de fieles comenzó esta ceremonia tan importante para la ciudad.
Como ocurre cada año, todo comenzó cuando la sagrada imagen apareció en la entrada de la Basílica Natividad de la Santísima Virgen, entre el tradicional “viva María” de la gran cantidad de fieles asistentes, los cánticos y los pétalos de rosas que llovieron desde el cielo, en un momento muy emotivo que colmó de alegría el corazón de los presentes.
Luego, los festejos en honor a la Natividad de la Santísima Virgen, patrona de Esperanza continuaron con la procesión por las calles de la ciudad.
En esta oportunidad el recorrido se realizó por calle Aarón Castellanos al este, hasta Rodríguez Peña y luego desde ésta hasta Lehmann para terminar por calle Belgrano y volver hasta la Basílica.
La peregrinación comenzó con los monaguillos seguidos de los sacerdotes. Luego fue el paso de la Virgen María. A continuación estaban los abanderados y escoltas del Colegio San José, el Huerto y la Escuela José Manuel Estrada. Además estaban presentes los Scouts y los distintos grupos de la Basílica.
Durante la misa Monseñor resaltó la vida de la Virgen María y pidió que cubra a la comunidad con su Santo Manto dando su protección a todos los fieles.
Además se resaltó que ayer, 8 de septiembre la Congregación del Verbo Divino comenzó su año jubilar para festejar los 150 años de su fundación.
Al finalizar la ceremonia religiosa, el padre Ernesto Agüera agradeció a los inspectores municipales, a los integrantes de la pastoral, al Grupo de Emaus, a los coros que acompañaron con sus cantos, a los feligreses que siempre están, a monseñor Sergio Fenoy que vino a presidir esta ceremonia religiosa tan importante para la comunidad esperancina.