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viernes, marzo 29, 2024
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Murió en Esperanza una misionera que sirvió a Cristo en Africa

HNA. LUCÍA MERCEDES, Ofelia Luisa Keiner. “Yo estaré contigo, todos los días, hasta el final de los tiempos” (Cfr. Mt. 28,20).

 

Nacimiento: 21 de enero de 1950, Santa Rosa, Prov. de Entre Ríos. Ingreso a la Congregación: Esperanza, Prov. Santa Fe, 15 de enero de 1966. Primeros votos: Esperanza, 02. 08.1970. Votos perpetuos: Esperanza, 02.02.197. Fallecimiento: Esperanza, Prov. Santa Fe, 17. 10. 2021. Sepelio: Esperanza, Prov. Santa Fe, 18.1.,2021

Hna. Lucía Mercedes nació en un hogar profundamente cristiano el 21 de enero de 1950 y al día siguiente recibió el bautismo en la Capilla de su pueblo, Santa Rosa, recibiendo los nombres de Ofelia Luisa. Tuvo una infancia feliz junto a sus hermanos y hermanas. Desde pequeña sintió el llamado a ser misionera, a llevar el mensaje del Evangelio a niños que no conocían a Cristo. En su pueblo natal hizo los dos primeros grados de enseñanza primaria y luego ingresó como pupila al Colegio Sagrado Corazón donde, vívidamente reconoció el llamado del Señor a la vida religiosa misionera. Con apenas 9 años, solicita y recibe el permiso de continuar su preparación elemental en el Aspirantado y Colegio Santa Catalina, en Esperanza.

Luego de terminar los estudios primarios, vuelve, como candidata al Colegio de Crespo para realizar sus estudios secundarios. En el año 1966 regresa a Esperanza, para comenzar su preparación como hermana religiosa misionera y emite sus primeros votos el 2 de agosto de 1970. Mientras concluía sus estudios secundarios y estudiaba el Profesorado en Psicopedagogía se desempeñó en diversas tareas dentro de las escuelas de la Provincia, colaborando en la catequesis parroquial. En Córdoba se dedicó a visitar las familias del Barrio Remedios de Escalada y a la catequesis en la Capilla del lugar. En el Colegio Espíritu Santo, priorizó el acompañamiento de los adolescentes para favorecer el compromiso misionero de los mismos, formando grupos que compartieran su fe con personas de otros lugares, especialmente durante las misiones de verano.

Fiel a la llamada del Señor de ser misionera fuera del país, solicita ir a otro lugar y en 1981 recibe destino a Ghana, África. A su llegada, su tarea fue la enseñanza en un colegio secundario.

Hna. Lucía escribía sus vivencias en Ghana expresando que al principio la idea de trabajar como profesora en un colegio secundario no le parecía interesante, ella había llegado para vivir en el monte, participando de la música nativa en medio de la gente, balbuceando unas palabras en su lengua, golpeando sus tambores, pero, reconoció la sabiduría de quienes querían su bien y consideraron que el trabajo en una institución, organizado y sistemático le ayudaría a anclar en ese lugar y sentirse ayudada con un idioma a medio estrenar. Allí descubrió la gran tarea de evangelización que le esperaba, pues, alrededor de la mitad de las alumnas no eran católicas.

Regresa a Argentina en 1995 para hacerse cargo de las religiosas jóvenes de la Provincia y la animación misionera. En 1996, es elegida para participar en el Capítulo General y en el curso del mismo, es elegida Consejera General. Su tarea se orientó en acompañar a las hermanas de Congregación en diversos países para su crecimiento y fortalecimiento en su vocación. Desempeñó este cargo hasta el año 2008.

Luego de su regreso a la Provincia, en el año 2009 es elegida Coordinadora Provincial hasta el año 2015. Tiempo que dedicó a fortalecer la vida y misión de las hermanas tanto en las casas pastorales como en las instituciones y a fomentar el compromiso de los laicos.

Una vez concluido ese servicio, desde 2016 realizó la misión de coordinar las tareas pastorales y administrativas del Colegio Espíritu Santo, de la ciudad de Córdoba.

Hace poco menos de un año comenzó con problemas de salud que desembocaron en una intervención quirúrgica en mayo de este año con el consecuente tratamiento. Hace unos quince días su salud dio un vuelco inesperado, y su deterioro fue evidenciándose cada día hasta su desenlace en el día domingo.

Hoy, junto a familiares y amigos, queremos dar gracias al Señor por su vida tejida de encuentros con personas de muchas nacionalidades, de muchas culturas y de diferentes edades a quienes, con su palabra y vida, proclamó el Evangelio, realizando así, su vocación religiosa misionera.

Al partir al encuentro del esposo, se hizo realidad su deseo, expresado al festejar su jubileo de consagración, y que tomara de la carta de Pablo a los filipenses: “…prosigo mi carrera hasta alcanzar a Cristo Jesús que me alcanzó primero… corro hacia la meta con miras al premio para el cual Dios me llamó desde arriba en Cristo Jesús.”

Querida Hna. Lucía Mercedes, tus hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo, te agradecen tu testimonio de vida consagrada, tu lucha por la Congregación y la provincia, tu ejemplo de serenidad y firmeza, de fortaleza y aceptación de lo que era la voluntad de Dios en tu vida, por tu servicio misionero alegre, responsable, dedicado… El Señor a quien has entregado tu vida te ha buscado, entra en el gozo de tu Señor, descansa en paz.