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jueves, abril 25, 2024
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“No llames al Diablo, porque un día va a venir”

Los domingos y feriados pareciera que los esperancinos están de vacaciones.
Y no es que absolutamente toda la comunidad no esté harta de la pandemia y el distancimiamiento social y ponerse el barbijo para hacer cualquier cosa, ir al banco, estar con la familia o comprar una media docena de empanadas. Sería demagógico y populismo no decir a que el riesgo del Coronavirus está en su peor momento en la ciudad y en Las Colonias.

Gente que camina en familia sin barbijo por las calles y paseos de la comunidad.
Pibes que juegan al fútbol en cuanto espacio verde hay en la ciudad en casi todos los barrios. Más descontrol si es fin de semana con feriado como el que viene.
Tomadas de mates en la vereda, encuentros familiares y de amigos sin barbijos y grupos de personas tomando del mismo vaso o de la misma botella.
Argentina, rodeada de miles de muertos y enfermos, Brasil, Bolivia, Perú y hasta Chile pidiendo a los argentinos por favor un hospital para poder curar a sus enfermos, al borde del colapso, son una testimonio vivo para el nivel máximo de estupidez de quienes dicen con una liviandad e irresponsabilidad suprema: «el virus no existe».

O que hacen de una pandemia un motivo ridículo de política partidaria propia de la miseria de alma.
“Lo peor de la peste no es que mata los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser horroroso”, dice Albert Camus, en su obra literaria “La Peste”.
Argumentos verdaderamente hilarantes como las «libertades individuales y derechos republicanos» donde no enfermar o no morir depende más de otros que de vos mismo. Una expresión que es más digna de un psiquiatra que de una persona con visos de normalidad.
Hay que valorar además, a los comercios que cumplen el protocolo de una manera excelente, pero eso no se ve en todos los barrios. Más bien, es una minoría.
Mientras, todos los números van hacia arriba en un virus que no tiene vacuna, tratamiento y es impredecible, de acuerdo a los pocos expertos en Covid-19 que hay en el mundo.
Lo que se espera es que el número de enfermos y muertos se multiplique por tres en los próximos días. Y esto dicen los que saben, pues los que no saben dicen cualquier tontería como si la vida, propia o del otro, no valieran nada, calzándose un guardapolvo de médico al que llegaron en un curso de tres meses viendo la televisión y leyendo el diario.

Casos
Ayer martes, 1374 enfermos y 24 muertos. Ambos items en ascenso. La mayoría en Buenos Aires, Chaco y Córdoba. Tres provincias con las cuales tiene frontera Santa Fe.
Tres nuevos casos en la provincia. Dos nuevos casos confirmados de Coronavirus en Cayastá, de mucha interacción con Esperanza y región especialmente por la pesca e incluso esperancinos y vecinos de Las Colonias tienen viviendas en ese lugar. Y una persona contagiada en Carreras.
En Esperanza tres casos sospechosos, y uno en Santo Domingo, San Carlos Centro y en San Carlos Sur. Nunca hubo tantos y estos casos no son de viajeros o enfermos que tomaron el virus de los viajeros como los de Esperanza, Humboldt, Franck y San Carlos Sur. Estos virus son los que ya circulan en la zona.

Invierno
El domingo 21 de junio recién comienza el Invierno. Quedan más de dos meses «bien agrios» en materia de salud por enfermedades aeróbicas. Las camas serán ocupadas también por ellos, niños, ancianos, mayores. El año pasado murieron 5 mil personas de gripe en Argentina.
Hay que recordar lo que dicen nuestros propios científicos en Esperanza: «Un solo portador del Covid -19 puede enfermar hasta 3.900 personas» y además «éstos pueden reproducir a otros superportadores como él».
Nadie quiere la pandemia. Odiamos el aislamiento. Es una peste el barbijo. Es impopular el distanciamiento social. Resulta horrible empobrecerse. Es de esperar que todos los esperancinos y los argentinos, deseemos que nadie más enferme o muera y sea tan necio de abandonar la pelea en el segundo round.
La buena conducta de todos, en el control y en el autocontrol ha evitado decenas de miles de enfermos y de muertos. En Esperanza y en la provincia, como en Argentina.
Pero lamentablemente es claro que en la ciudad, no se cumplen las reglas.
Ni de conducta personal o familiar, tampoco de grupos, como rezan los protocolos, ni de quienes tienen la obligación de controlar, tal vez también ganados por el hartazgo propio y el de la sociedad esperancina.
Habría que recordar lo que dice el manual del Foro Internacional de los periodistas: «La pandemia y el COVID- 19 no son un tema político, es un problema de salud» por lo que la información debe ser sin estridencias, sin amarillismo, pero ante todo, clara y centrada en la vida y la salud. No sirve decirle a la gente lo que desea escuchar.

 

Lo que viene
Nadie saldrá indemne de una pandemia mundial, y estaremos rezando para que haya vacunas y medicamentos, y ninguna otra más mortal incluso que ésta.
Todos los continentes del mundo han entrado en una fase durísima desde el punto de vista cultural, social y económico.

Si es que alguna vez encuentran la vacuna contra el Covid-19, igualmente estaremos vivos para convivir con el virus dos años más, y el planeta entero cambiará.
La grieta entre los ricos y los pobres será ampliada profundamente, con nacionalismos y totalitarismos posibles, con una economía que dará vuelcos espectaculares. Nadie sabe el mundo que viene. Pero para verlo hay que seguir vivo y sano.

Y eso en la ciudad no depende de uno solo. Depende de todos los esperancinos. Uno que tenga el virus, y contamos para atrás. Y será mucho peor la violencia interna que se va a sentir porque el gobierno provincial no va a dudar, como ya lo hizo en Villa Ocampo y otras ciudades: Encerrarnos y volver a la Fase 1.
«Cuídate que yo te cuido» dice el texto bíblico sabio, y la abuela inmigrante nos recuerda: «no llames tanto al Diablo, porque un día de estos, va a venir».

Daniel Frank