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miércoles, abril 24, 2024
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No Señora Presidente

Respetar es saber.

La Vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner ofendió a un senador de la Nación y lo llamó despectivamente “machirulo” es decir, traducido sería “poco hombre”.
Un hombre que tiene esposa e hijos, que vieron como la segunda figura política de la Argentina trataba con desprecio a su esposo y a su padre. Lo peor de todo eso que lo hacía desde su ignorancia.
El senador nacional de su propio partido tuvo la “osadía” de llamarla “Presidente” del Senado de la Nación. En una sesión que miraba todo el país en directo. La respuesta fue una falta de respeto basada en la ignorancia. Indudablemente que la doctora Fernández es abogada, no profesora de idioma castellano. Porque está claro que el participio activo de todo verbo o acción en ejercicio es “ente” y no “enta”.
Es bueno explicar, para que los millones de argentinos que estudian en las escuelas primarias y secundarias del país su propio idioma no se confundan, porqué estas acciones no dependen del género, masculino o femenino. Siempre un intendente será intendente, sea mujer o varón, lo cual es indistinto en el idioma que hablan o deberían hablar todos los argentinos. Es dable saber, y si no se sabe aprender, que en español existen los participios activos como derivados verbales.

¿Presidente o presidenta?
El participio activo del verbo atacar, es atacante, no atacanta.
El de sufrir, es sufriente, no sufrienta.El de cantar, es cantante, no cantanta. El de existir, existente, no existenta.
¿Cuál es el participio activo del verbo ser? Es ‘el ente’. El que es, es el ente. Es un criterio ontológico. Es decir, en buen castellano: Tiene entidad.
Por ese motivo, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega al final ‘ente’. Es un principio inalterable de la lengua española.Por lo tanto, la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, sin que dependa del género que tenga.
Se dice capilla ardiente, no ardienta. Se dice estudiante, no estudianta. Se dice adolescente, no adolescenta. Se dice paciente, no pacienta. Se dice comerciante, no comercianta.
Un ejemplo de este mal uso diría así: La pacienta era una estudianta adolescenta sufrienta, representanta e integranta independienta de las cantantas y también atacanta, y la velaron en la capilla ardienta existenta.
Se llega en el afán de justicia de género: El perro es el mejor amigo del hombre y convertirlo en algo que puede ser así: El perro y la perra, son los y las mejores y mejoras amigos y amigas, del hombre y de la mujer.
Buenas días y buenos díos, tengan y tengon todas y todos ustedas y ustedos.

 

Daniel Frank