Quince días atrás Darío llego hasta el diario, como lo hacía regularmente. Venía al diario como dirigente vecinal para compartir las necesidades del barrio. Paloma siempre el vuelo, el virus universal lo ataba de manos, pies y canto. Soñaba con volver a la ruta, a cantarle con el viento en la cara, y a los pueblos de Argentina y del mundo, con su carga de poesía, su trino y de guitarra.
” ¿Vos no te sentís asï? como si la vida, la sociedad, la historia te estuviera poniendo a un lado, cada vez más lejos de las cosas. Yo cada día que pasa me siento así” dijo y tras unos sludos amisosos se fue con su siempre presente sonrisa. “Darío Chiesa, cantautor”, entrerriano, hijo la la naturaleza y del cielo, se fue cantando su poesía popular al escenario del universo donde es ya una estrella más.
Hasta siempre Darío
Profundo pesar produjo la noticia referente al fallecimiento del cantautor Darío Chiesa, quien fuera compositor de numerosas canciones de diversa temática, muchas de ellas de origen social.
Involucrado con su tiempo, recorrió largas geografías a bordo de una añeja camioneta combi VW.
Su discografía a la fecha incluye un primer trabajo en la década del 80 bajo el título “Trémula” y “Por los caminos” de reciente edición.
Bajo este último título es creador de un programa en cadena que difunde los discos de artistas que quedan fuera del circuito comercial y que se nutre recabando los mismos en los largos recorridos que realiza. Además, tienen la autoría de más de trescientas canciones, setenta de las cuales están registradas en SADAIC.
Muchos recordarán su llegada a nuestra ciudad, proveniente de Entre Ríos, en el año 1983, para estudiar Ingeniería Agronómica. “A otros tal vez les resultó familiar el nombre por el hecho de haber escrito en estas páginas varios artículos como periodista o quizás los mismos lo hayan escuchado por radio o visto en la plaza haciendo un programa de televisión para niños…” indicaba nuestra publicación en octubre de 1988.
Fue un pájaro libre. Es justo que vuele eternamente con las alas de Dios.