Hace unos días atrás, hubo un robo significativo en la Escuela Nº 319 “Guillermo Lehmann” del Barrio La Orilla.
Los desclasados -que no fueron encontrados- la dejaron sin energía y sin teléfono, entre otras pérdidas. Incluso hubo que suspender las clases de los cientos de alumnos hasta poder reparar los perjuicios causados.
Para poder ayudar pagar los gastos la escuela vende un bono contribución de $100 con el primer premio de un lechón. El segundo premio es un pollo, 1kg de chorizos y un vino.
El tercer premio es un pollo más un 1kg de chorizos, mientras que el cuarto es una torta y el quinto suma dos docenas de pastelitos.
El sorteo será mañana 27 de noviembre por el Facebook de la escuela y quienes deseen colaborar pueden llamar al teléfono 421823.
Pero los malvivientes fueron por más. Ahora arremetieron contra el salón de la Capilla San Lino.
Allí se dan clases de huerta, se ayuda a los chicos en edad escolar con las tareas, se hacen talleres de danza, zumba, se dan charlas y es vital para las actividades sociales como cumpleaños y otros festejos, entre otras numerosas actividades.
Mucha gente buena ayuda gratuitamente para brindar un servicio humano y cristiano que mejore la vida de los vecinos de todas las edades.
Está ubicada en calle Simón de Iriondo al 6800, a unos 30 metros de la escuela antedicha, y ambas instituciones a unos 100 metros de la sede policial.
Es así que delincuentes barretearon la puerta de ingreso al salón, pero no pudieron ingresar, en busca de sólo Dios sabe qué, porque adentro no hay elementos de valor.
Ataques contra una escuela, ahora contra un templo, sin dudas que a estas alturas sus autores carecen de educación y también de respeto por las instituciones sagradas de la comunidad. Al daño económico se le suma el perjuicio moral contra la sociedad que repudia estos hechos incalificables.