Entrevistado por el Canal Rural Rafaela, el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias reflexionó sobre el cambio de perfil del ingeniero agrónomo y las nuevas incumbencias.
En cada encuentro, jornada, congreso u oportunidad que se presente, el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL contagia optimismo y entusiasmo de cara al futuro. Su experticia docente y trayectoria profesional están vinculadas a la articulación con el sector productivo y los agronegocios. Pero a ese bagaje, Oscar Ernesto Osan agrega conceptos vinculados a las buenas prácticas, la bioeconomía, y la sustentabilidad de las cadenas de valor agropecuarias, términos que ya forman parte del lenguaje común y habitual de su comunidad académica. Otro de sus temas principales de interés, que lo mueven y apasionan, es el que concierne al nuevo perfil de los profesionales de las ciencias agrarias, articulado a las actuales necesidades y demandas del mundo laboral. Sobre estos temas giró la jugosa entrevista periodística que aquí resumimos.
Una nueva visión: “Hoy estamos hasta en las góndolas de las farmacias”
“Nuestros futuros egresados se van a desempeñar en uno de los sectores más dinámicos de la economía. Eso nos permite trabajar de una manera fabulosa. Cuando yo era estudiante la agronomía eran commodities casi en su totalidad. Hoy en día eso ha cambiado muchísimo de la mano de las tecnologías de la información y la comunicación, biotecnologías, nanotecnología, la inteligencia artificial, la robótica. Todo eso nos ha llevado por muchos caminos que se traducen en nuevos modelos de negocios”.
“Hoy tenemos los bionegocios sostenibles, bioproductos, bioinsumos, biomateriales. Tenemos las energías renovables y los agroalimentos. Llegamos también a las góndolas de las farmacias, a través de los productos nutracéuticos y farmacopeos. El sector agropecuario, que antes era un solo sector de la economía, hoy forma parte y está integrado a casi todos los demás sectores. Por eso hablamos de agroconstrucción, agrotextiles, agroquímicos y otros términos”.
“Hay una realidad nueva para los ingenieros agrónomos que nosotros formamos. Ya no se trata solo de la planta, del animal, del establecimiento agropecuario, sino que hay toda una cadena de valor. Que arranca con un consumidor que está en cualquier lugar del mundo y demanda determinados productos. Y que además quiere que cuidemos el medio ambiente. Entonces tiene que haber una respuesta productiva en este sentido. Y para esto estamos. Para que nuestros ingenieros agrónomos, en adelante, se formen en esa visión de las cadenas de valor y atendiendo a todas estas demandas”.
“La mirada global, la acción local y la posibilidad de emprender”
En otro segmento de sus definiciones, el decano Oscar Osan interpela a los jóvenes sobre el abanico de oportunidades cada vez más grandes que se abren en el mundo de hoy, tratando a su vez de comprender las nuevas formas de pensar, sentir y aprender de las nuevas generaciones.
“Nosotros necesitamos desarrollar en los jóvenes otras capacidades de las que habitualmente ofrecíamos. Una es la observación del nuevo ambiente de negocios que tienen los ingenieros agrónomos por delante. La otra es lograr que los ingenieros agrónomos se vean como emprendedores. La universidad durante muchos años formó más empleados que cuentapropistas. Nosotros tenemos la obligación y la misión de trabajar más en el camino del emprendedurismo”.
“Debemos combinar una mirada global con un accionar local, que favorezca las economías regionales, los procesos de valor agregado en origen y el desarrollo de nuestros territorios, que es lo que necesitamos como comunidad, como país y región. Esta concepción demanda del sistema educativo un esfuerzo enorme y en eso estamos enfocados para trabajar”.
“Tenemos que revisar nuestros sistemas de enseñanza-aprendizaje, entendiendo cómo aprenden y se comunican las nuevas generaciones y en segundo lugar hacia dónde va la educación. Los jóvenes necesitan ser motivados y acompañados de una manera diferente. En eso tenemos todavía mucho para explorar y aprender”.
“Los chicos que hoy están en 5to y 6to año de la secundaria están en un momento crucial: deben empezar una nueva etapa y tomar decisiones. Antes la opción era estudiar o trabajar. Hoy pueden ser ambas cosas: estudiar y trabajar a la vez. La virtualidad presenta muchas opciones. Incluso también, está la opción de emprender”.
“Se puede optar por la carrera de agronomía tradicional, en un formato de 5 años. O también formatos más cortos: licenciaturas, tecnicaturas, diplomaturas, una formación de competencias. Después está la posibilidad de los estudios de posgrado, bajo un concepto de la formación permanente. Lo importante es que los jóvenes sepan y comprendan que ellos son artífices de su propio destino. Están en una edad en la cual es el momento de tomar decisiones inteligentes para ir programando el futuro. Las opciones son infinitas. Nuestra Universidad tiene diez facultades, con una oferta y una paleta de más de 170 carreras que los estudiantes pueden elegir”.