Romina Andermatten es hoy Doctora del Conicet, primera graduada argentina en forma virtual. Pero no lo puede festejar con nadie. En marzo su tesis final fue postergada por el coronavirus, pero días después logró ser la primer graduada dentro de la Universidad Nacional de Rosario mediante el sistema a distancia.
Romina, es una joven pilarense que en el año 2006 culminó sus estudios secundarios en el Instituto San Martín de Pilar, departamento Las Colonias, provincia de Santa Fe, y decidió comenzar una carrera universitaria en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL
“Cursé la carrera de Biotecnología en la UNL de Santa Fe y luego de 7 años logré recibirme. De ahí teníamos 2 salidas laborales posibles: una de ellas trabajar en empresas mediante planificaciones, procesos o trabajos de laboratorios, controles de calidad, etcétera. Y la otra opción está basada en la investigación.
La mayoría de los biotecnólogos elegimos esta segunda rama. Me anoté en Rosario, en el Instituto de Fisiología Experimental, donde un grupo de investigación busca un perfil para presentar a las becas disponibles y a fin de año anuncian quienes son los elegidos.
Todo es mediante puntajes, según el promedio del alumno, el tema del estudio en cuestión, o el laboratorio también tienen sus puntajes, y a partir del mejor puntaje que puedas lograr alcanzar, podés quedar o no seleccionada para alguna beca.”
“En junio me presenté a una Beca de Conicet, donde el lugar de trabajo es este instituto mencionado anteriormente y en diciembre de 2014 me otorgaron la Beca, que comencé en abril de 2015 hasta este año, donde uno termina la beca con una tesis específica que va preparando.
Mi proyecto se basaba en el estudio de vías moleculares implicadas en colestasis, una patología del hígado que aparece a menudo en las embarazadas. Lo que se busca entender es qué sucede dentro de la célula al desencadenarse esta enfermedad. Estudiamos qué es lo que pasa dentro de las células para saber porqué se produce este problema.”
“Son muchas horas de laboratorio, pero también muchas de computadora y estudio o cursado continuo, donde uno va desarrollando este trabajo como uno más, pero sin dejar de estudiar y aprender nuevas cosas. No es considerado un trabajo, pero recibimos un dinero a cambio que se denomina ´Estipendio´” agrega Romina, aseverando que uno nunca termina de estudiar por más de que se haya recibido.
“Cada trabajo que va realizando uno, los va presentando en diferentes congresos en el país. Estuve en Rosario, Buenos Aires, Mar del Plata y me aceptaron en 2018 una defensa en París, pero por cuestiones económicas personales no pude viajar, pero sí fue presentado en ese congreso. Todos los resultados presentados en congresos, finalmente se reúnen en un trabajo final que se publica en revistas científicas, generalmente en inglés. Ese es uno de los objetivos a los cuales el becario aspira, presentar su trabajo de años bajo su nombre en revistas de la comunidad científica y aportar su granito de arena a la ciencia.”
“Nosotros además de los cursos debemos cumplir con horas de seminarios… Nosotros presentamos con el Instituto uno donde expusimos todos los avances y experimentos trabajados en los últimos tiempos. Y como meta final, luego de tantas horas de mesadas de laboratorios, cursos, congresos y lecturas de muchos papers en inglés, tuve la posibilidad de exponer mi tesis de manera oral, donde normalmente te evalúan 3 jurados frente a amigos o conocidos que puedan acercarse a vivir ese momento con uno.”
Pero no sólo la posibilidad de Romina pendía de un hilo en pleno comienzo de la cuarentena, sino otras cientos de defensas de tesis en todo el país. “Lamentablemente yo tenía fecha para el 27 de Marzo, y con esto de la pandemia, me la suspendieron. Luego de unos días, la Facultad de Bioquímica y Farmacia de la UNR se encargó de abrir la posibilidad de exponerla virtualmente. Así que tuve que hacerla frente a la computadora y desde mi departamento en Rosario el 16 de Abril, con la presencia virtual de mi Director, el jurado y gente del posgrado, todos desde sus casas”.
Romina sería así la primera doctora argentina graduada en forma virtual, con las cuestiones negativas pero también positivas a comparación de hacerlo frente a un recinto repleto de gente.
“En cierta manera estuve quizás más tranquila estando desde el departamento, al ser un poco tímida si es que me tocaba hacerlo frente a tanta gente. Me sentí cómoda y tranquila desde mi hogar, mirando una pantalla y soltándome hablando sobre lo que había desarrollado, aunque debo decir que un poco de cosquilleo en la panza tuve al principio. Mi defensa fue la primera de la Universidad Nacional de Rosario, en exponerse en paralelo junto a salas virtuales donde además de los presentes jurados y directores del posgrado, también estaba el público presente.
Creo que lo positivo de esta modalidad es que no posee límites, cualquier alumno en cualquier parte del país puede exponer una tesis frente a jurados del país o de cualquier parte del mundo.
Entre lo negativo, puedo destacar que dependemos mucho de la conectividad. Por suerte en mi caso salió todo perfecto, pero podés tener todo preparado para hacerlo online y fallar la conexión de internet. Otra cosa negativa es que al terminar la defensa no tenía a nadie cerca para abrazar y festejar, aunque entiendo que fue una situación especial por este problema del covid-19 y ya habrá momento para festejarlo con quienes quiero y como corresponde”.
Demás está decir que fue aprobada.
Cabe señalar que a mediados de 2019, esta joven pilarense, solicitó una renovación de Beca, ya que terminaba la doctoral y en Enero le informaron que le aceptaban la post doctoral por 2 años más.
Detalles: Romina es la médica sentada ubicada a la derecha de la fotografía.
Fuentes: Infomercury y El Colono del Oeste.