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martes, abril 23, 2024
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Profundo dolor por el crimen de dos mascotas en el Barrio Sur

En calle Saavedra, al 850 aproximadamente, hay un cartel que sorprende a los transeúntes. Dice: “A vos que nos envenenaste a Deysi, Dios te bendiga”.

La familia vio como su perrita se moría, con gestos que claramente demostraban un envenenamiento.
De acuerdo a los propietarios de la casa, manos anónimas tiraron veneno y la mascota de los niños e integrante de la familia perdió la vida. El dolor y el luto, este matrimonio con sus pequeños hijos, lo viven como lo que es, la muerte de un ser vivo que era parte de su familia.
Pero no es todo. A uno de los perritos del vecino, le pasó lo mismo.
Integrantes de la familia afectada dijeron a cronistas de El Colono del Oeste en el lugar que “el médico veterinario nos dijo que murió envenenado con un producto del campo”. Es decir un tóxico que se usa en las zonas rurales.
La sospecha es que a metros de allí, otro can familiar se ve afectado por un posible envenenamiento.
Todo se ha dado en las horas del viernes en la zona sur de la ciudad, entre calles Saavedra y Las Heras.
La familia que poseía a Deysi tiene dos años en el vencindario, mientras que la segunda familia afectada cuenta con varios años en el lugar. Es real que en este barrio, como en otros muchos de la periferia de la ciudad existen muchos canes, con dueño que permanecen en las calles y las veredas.
Y que en algunos casos suelen incomodar especialmente a los motociclistas y ciclistas, incluso hasta en la zona centro, sobre calle Sarmiento y a metros de Plaza San Martín suelen haber canes que atacan especialmente a ciclistas y motociclistas.

Lo extraño, es que, ninguno de estas dos mascotas tenían esa particularidad, porque ambas estaban dentro de la casa o en el patio de las mismas de manera permanente. No se sabe en qué circunstancias ambos perros comieron del veneno y fueron a morir dentro de sus hogares, en no más de 20 minutos de agonía.
Es decir, quienes colocaron el tóxico, lo hicieron por placer de matarlos. Un acto más de bestialidad que de seres humanos, que merece el absoluto repudio de la comunidad esperancina.
Para las familias, queda el dolor de uno de sus integrantes a los que brutalmente le arrancaron la vida sin motivo y sin sentido.

 

Daniel Frank