Sin dudas que los tiempos cambian, y hoy se ven cosas que antes no se sospechaban siquiera, pero son una realidadad a la vista.
Un médico radicado en San Jerónimo Norte, pero que también atendía en Las Tunas y en el Hospital de Esperanza fue detenico y acusado de abuso sexsual de dos adolecentes en esa ciudad.
Luego de dos años el médico será sentado en los Tribunales de Santa Fe para que en un juicio se dirima si es culplable o inocente.
El juicio será a partir del 28 hasta el 30 de marzo desde las 9,30 , donde serán presentadas pruebas y testigos de la acusación y de la defensa hasta el veredicto final.
Un grupo de vecinos autoconvocados han rentado medios de movilida y convocan a quienes desean concurrir los tres días a los tribunales de Santa Fe, pueden llamar al 03426282164 para apoyar al acusado de abuso sexual, con el respaldo de agrupaciones que apoyan a los detenidos por este tipo de denuncias y delitos.
Los medios capitalisnos decían por entonces que “el médico generalista, que desde el año 2001 está radicado con su familia y trabaja en la localidad de San Jerónimo Norte, como en Las Tunas y en Esperanza, fue denunciado en marzo de este año por dos hechos de abuso sexual a dos pacientes de 16 años: uno habría ocurrido en el mes de diciembre de 2019 y el otro un mes antes, en noviembre.El fiscal del departamento Las Colonias, Alejandro Benítez, comenzó con la investigación con colaboración de la fiscal de la Unidad Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual, Celeste Minniti.
En las historias clínicas secuestradas consta que los médicos que las atendían en cada caso era quien se encontraba de guardia en ese momento, por lo que tampoco conocían el nombre del profesional. Las dos chicas, al momento de decir quién fue el agresor, realizaron una descripción física del profesional: un hombre grande, de baja estatura y calvo.
En este sentido, el juez entendió que no surge de la investigación que pueda existir animosidad por parte de las dos jóvenes contra el profesional. Las dos denunciantes no tienen relación entre sí y en un primer momento no contaron con la contención de su familia para concretar las denuncias. Además, contaron lo que les pasó a varias personas, incluido el equipo interdisciplinario del área de Niñez, y expusieron el “temor” de atravesar el proceso judicial, y de tener que enfrentarse nuevamente con el médico. Incluso una de ellas debió ser atendida en el CAM hace poco tiempo, y cuando vio que estaba de guardia este profesional, sufrió una crisis de nervios, insultó al médico y llegó a arrancarse el suero para evitar que él la atienda.
Tampoco escapó a la atención del juez que al ser solicitadas las historias clínicas de ambas pacientes, no fueron remitidas las del mes de diciembre, cuando ocurrió el episodio que generó el enfrentamiento entre la mamá de una de las chicas y el médico. El médico sabía que la chica contó lo que pasó, y desde el CAM omitieron enviar la documentación relativa a ese día, en una clara maniobra para entorpecer la investigación.