Sacerdotes llegados a la Argentina desde los continentes de Africa, Asia, Europa y América Latina, provenientes hoy desde las provincias de Buenos Aires, Jujuy, Córdoba, Entre Ríos, y Santa Fe estuvieron presentes hace minutos en lo que fue la misa y posterior sepultura en el cementerio de los Misioneros del Verbo Divino del Hermano Bonifacio Buet.
La ceremonia en el templo parroquial San José como en el cementerio verbita fue presidida por el padre Provincial Marcelo Cattáneo, acompañado por sacerdotes de la Parroquia y Colegio San José, estando presentes además las Hermanas Siervas del Espíritu Santo y en oración la Hermanas Siervas del Espíritu Santo de la Pepetua Adoración, congregaciones creadas por el Santo Arnoldo Janssen. Se destacaba la asistencia de sus hermanos y familiares.
Durante las ceremonias de misa y sepelio se dijo que “El Hno Alberto Roque “Boni” Buet nació el 25 de febrero de 1940 en la comunidad de Rocamora, diócesis de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos.
Sus padres fueron Marcelino Prudecio Buet y Manuela Celestina Costa, que edificaron una familia con siete hijos, de la cual Boni era el tercero. Cuatro de ellos fueron religiosos.
Se formó en el Colegio de Rafael Calzada en la provincia de Buenos Aires, donde el 1ro. de marzo de 1956 ingresó al noviciado, profesó sus primeros votos y dos años más tarde sus votos perpetuos como Hermano. Fue el 1ro. de marzo de 1964 en el templo San José” el mismo que se unió en oración para hoy despedirlo totalmente colmado de fieles.
“Con un perfil bajo y servicial, se depempeñó enuna variada gama de servicios comunitarios y pastorales. En Rafael Calzada fue zapatero y enfermero. En la ciudad de Alta Gracia, cocinero y enfermero.
En el Colegio San José fue enfermero mientras estudiaba el profesorado en la Escuela Normal Superior de Esperanza. Recibió su diploma como Maestro de Grado en 1967.
También, hasta 1969 estudió Agronomía en la FAVE. Fue maestro de la escuela primaria San José desde 1972 hasta 1998, y luego fue Director y Representante Legal.
Desde febrero de 1999, hasta el año 2007 participó de la formación en el Postulantado de Villa Allende, en Córdoba y acompañó a los Hermanos en la Casa de Formación Tienda del Verbo en la ciudad de Córdoba.
En enero del año 2008 misionó en la parroquia Espíritu Santo de la ciudad de Godoy Cruz en la provincia de Mendoza, para decirase a la pastoral social, que lo apasionaba y lo hizo por 9 años.
En enero de 2017 dirigó la casa de descanso de Bialet Massé en Cordoba.
En enero de 2019, finalmente, se incorporó a la comunidad verbita del Colegio del Salvador en Jujuy acompañando la pastoral verbita hasta que finalmente falleció el domingo 19 de junio.
Cabe destacar que en el año 2018 fue premiado por el Consejo Superior de Educación Católica con la distinción del Divino Maestro” se pudo saber durante la ceremonia en el templo parroquial.
“Quienes lo hemos conocido, sabemos de su cercanía y afabilidad, mate de por medio. Boni tenía la misma delicadeza de trato con los niños, que con los jóvenes y los adultos así como con los docentes” y “trataba de igual manera a una persona en situación de calle como a un funcionario público” señalaron quienes lo conocieron.
Se resaltó “su personalidad marcada por una de sus pasiones, el fútbol. Llevó su alegría y fe así como su sentido de equipo a los grupos que integró” y es por éso que el Club Juventud Unida de Humboldt, club integrante de la Liga Esperancina de Fútbol manifestó su dolor al conocerse su deceso en Jujuy dado que en esta institución deportiva de Humboldt fue jugador destacado y uno de los escasísimos religiosos consagrados en jugar oficialmente al fútbol en la Provinciade Santa Fe.
Durante la pandemia, todos recuerdan sus dichos mientras caminaba solo por los pasillos del Colegio de San Salvador:”¡ Me falta la gente!”
“Todo lo que tomaba en tiempo y atención a los demás, lo restaba para sí. Con 82 años cumplidos, Boni transitó episodios serios de salud. Su prolongada internación en la clínica Lavalle de San Salvador de Jujuy,no le permitió despedirse de nadie. Quizás porque su misma forma de ser estaba configurada para la acogida, no para el adiós.
Nos resta agradecer a este hermano y amigo por haber dejado impreso en nosotros, un retrato del Dios Cercano y Misericordioso en quien creemos y a quien encomendamos su descanso eterno. Querido Boni,descansa en paz” se pudo escuhar esta tarde en el templo San José y en el cementerio verbita donde se oró en comunidad para despedirlo en Esperanza, tierra y ciudad que es su última morada terrenal.
Daniel Frank