21.4 C
Esperanza
martes, abril 16, 2024
InicioActualidadToda la zona estaba en el cine para ver El Robo del...

Toda la zona estaba en el cine para ver El Robo del Siglo

Un viernes a las tarde, cuando todavía el solo iluminaba la ciudad de Esperanza. Puede pensarse que no es hora ni día para ir al cine. Menos para que usted entre y no haya una butaca libre. El Cine Max de Esperanza estaba completo. Había parejas llegadas desde Franck, Humboldt, San Jerónimo Norte y seguramente de otras localidades convecinas. Y muchos esperancinos.

Madre con sus dos hijas. Amigas y amigos. Un  papá con su hija de 18. Matrimonios. Pibes y pibas así como alguna gente grande con los tradicionales baldes de pochoclo y la gaseosa grande.

Es muy común que, contagiados con el extranjerismo y el cholulismo, cuando no la cultura  ajena, se diga: “A mi el cine argentino no me gusta”. Esa forma tan natural que tenemos los argentinos de ponernos la traba o autodespreciarnos, con la idea mágica de que así no estaremos en esa manada de analfabetos y personas de mal gusto, y de esta manera subir un escalón más en la especie humana, bien lejos de la “gronchada”.

El cine, como todas las artes, es de calidad, de medio pelo o malo. No tiene adjetivo por países, razas ni culturas. Y la película “El Robo del Siglo”, con Guillermo Francella y otros actores argentinos de enorme calidad, es una película brillante, sólo por éso, porque es una magnifica obra de arte. Y para más tenemos el orgullo de que es nuestra. Es cine argentino.

Y encima más barato que en numerosos cines de por acá cerca no más. El horario de las 20,30 hasta las 22,10- también se repite a las 22,30- sirvió además para que, todas esas gratas visitas llegadas de otras poblaciones, puedan luego cenar en Esperanza, en los numerosos, variados y exquisitos comedores que tiene la ciudad.

Si le gusta el cine y salir un rato para sacarse de encima el estrés, no diga después que no le avisamos. La entrada cuesta 250 pesos. Parafraseando a un  ex ministro de economía, sería una media pizza.

  Daniel Frank