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martes, abril 23, 2024
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Un sábado de violencia y sangre en “Villa Caramelito”

Las sombras del sábado caían sobre Esperanza y la Villa Caramelito o Villa La Vía como la llaman. En el Oeste de la ciudad. Eran pasadas las 20 cuando hubo una reyerta que dejó a un joven con una fuerte contusión en la cabeza y el sangrado en la misma, producto al parecer de un arma blanca.

Dicen los vecinos que fue en la cercanía de las calles Maurer y 9 de Julio. La voz se corrió, vino el servicio de emergencias 107 porque alguien del vecindario lo llamó y se llevaron al herido al Hospital.

Pero no quedó así. Familiares y amigos del pibe herido se enteraron de quien lo había atacado. Es así que con insultos y ladrillos fueron y apedrearon la casa del supuesto agresor y su familia. Llegaron al lugar policías y móviles que finalmente consiguieron  parar la violencia desatada.

Pero estaba visto que las cosas no iban a terminar allí. Más tarde, ya bien entrada la noche los conatos de violencia prosiguieron en la calle- mientras el resto de los vecinos se encerraban en sus casas para respetar el prudente distanciamiento social- y como resultado de los enfrentamientos, con palos, ladrillos y armas blancas, de un  lado un hombre del lugar recibió varias heridas hechas a cuchillo y del otro bando, otro tenía un tremendo golpe en la cabeza con sangrado importante.

Otra vez las ambulancias del Servicio de Emergencias 107 y su personal de salud recogieron los heridos y los llevaron al Hospital SAMCo en calle Janssen.
El que está herido a  consecuencia de uno o varios golpes con un objeto contundente en la cabeza, fue derivado al Hospital “José María Cullen” de Santa Fe, por la gravedad de  las heridas producidas y es donde se encuentra por estas horas

Personal masculino y femenino de la policía local le puso el cuerpo a la violenta situación desatada en la villa y debió utilizar hombres y móviles para calmar los ánimos de los vecinos enfrentados y además, hacer lo propio en el Hospital SAMCo de nuestra ciudad, donde se traladaron para estar con sus familiares heridos.

Bajo esta tensión debieron trabajar médicos y enfermeras con policías custodiando al nosocomio, manteniendo la calma tensa y caliente en el centro médico.