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jueves, abril 25, 2024
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Una sentada para reclamar por la escuela

Tuvo lugar a las puertas de lo que queda del edificio una «sentada» para reclamar a las autoridades provinciales y nacionales las obras que necesita la Escuela de Educación Técnica Profesional 644 «Gregoria Matorras» de nuestra ciudad, que lleva años sin respuesta.

 

Las clases se dan, una parte de los alumnos en lo que quedó en pie y otra parte, en espacios alquilados por la provincia y diseminados por toda la zona. Que debe sumar ciertamente un dinero importante a estas alturas.
Demás está decir los graves inconvenientes que eso produce, sobre todo en lo que es el dictado de la enseñanza, pero además, en el cumplimiento de las obligaciones legales por el tema de la seguridad de los alumnos que andan de aquí para allá por veredas y calles según el orden dado dentro del caos.
Sin dudas, que se trata de una de las escuelas más importantes de la comunidad esperancina que está velando las ruinas que les dejaron.Ya publicamos en forma reiterada la penosa realidad que vive la Escuela de nivel medio y técnico “Gregoria Matorras” ante la falta de fondos nacionales y la decisión de la empresa constructora de abandonar los trabajos en su momento.
El edificio de la escuela se presenta con una obra abandonada, literalmente “abandonada”, a la suerte de vaya a saber de quién o de quiénes o cuáles políticas provinciales y nacionales.
Es probable que los títulos que otorga esta institución sean los de mayor salida laboral dentro de las posibilidades en nuestra ciudad, con terminalidades muy importantes que contrastan enormemente con las condiciones de trabajo y de estudio que padecen, más allá de la buena predisposición de alumnos, docentes y directivos.

Estudiantes y educadores trasladándose de un lugar a otro según el horario, el curso, la disponibilidad, etcétera, un verdadero caos, que solo se disimula por la buena voluntad de la comunidad educativa.
Los dramas que heredan las administraciones provinciales muestran en las escuelas a los chicos y chicas en cursos poblados con más de 40 alumnos, que sólo el que alguna vez estuvo frente al aula, sabe lo que significa, para el profesor y para los estudiantes, quienes están incómodos, apretados, molestos, donde la falta de acústica no permite escucharse, dialogar normalmente y hacer un aprendizaje sano.

Ríos de tinta se podrían escribir para describir una situación insoportable.
Los trabajos tiene un costo de por lo menos 26 millones de pesos y desde los organismos oficiales se dijo que comenzarían a la brevedad.

El problema será interpretar cuanto tiempo será “la brevedad” porque la paralización de las obras lleva años.

                                                      Daniel Frank

 

Foto gentileza Héctor Valverdi