Es un tema de extrema sensibilidad, cuando aún la sociedad está apenas saliendo del oscuro túnel del martirologio que fue la pandemia del Covid en la ciudad y en el mundo.
Mientras los rayos del sol comienzan a reiluminar las vidas de los vecinos, las tormentas de lluvias reales constantes y sonantes oscurecen el momento.
Se trata de vecinos que han sufrido un familiar fallecido tras la insidencia del Covid 19 en Esperanza. Hay ciudadanos que han perdido a sus padres, a sus hermanos, tíos y abuelos y los hay también quienes perdieron a sus hijos.
Para ser exactos hay que citar la información sanitaria oficial actualizada al lunes 15 de noviembre, es decir ayer en Esperanza.
Positivos activos: 3. Internados: 4
Positivos Acumulados: 8235, que son las personas que enfermaron de Covid en la ciudad hasta ayer.
Altas: 8110, las personas que pudieron sobrellevar la enfermedad con vida, más allá de las secuelas que pueden padecer.
Fallecidos: 122 es el número que es central para el interés de los esperancinos.
Dosis de vcunas totales aplicadas: 77947. 1eras dosis: 42807. 2das dosis: 34436 y 3eras dosis: 704.
Altas: 8110, las personas que pudieron sobrellevar la enfermedad con vida, más allá de las secuelas que pueden padecer.
Fallecidos: 122 es el número que es central para el interés de los esperancinos.
Dosis de vcunas totales aplicadas: 77947. 1eras dosis: 42807. 2das dosis: 34436 y 3eras dosis: 704.
Los problemas
En diálogo con las personas involucradas en el problema que se plantea en el Cementerio Municipal es que con cada lluvia las tumbas de los familiares involucrados se hunde, dado que el terreno es arcilloso y los féretros, se señala, están puestos sobre la tierra.
Hay que recordar que el protocolo nacional exige que el cuerpo esté enterrado a no menos de 1,40 metros bajo tierra. Hoy se sabe que esa medida sería innecesaria porque de acuerdo a lo que dicen los vecinos, la ciencia señala que el virus muere al tercer día que la persona ha fallecido.
Otra cuestión que preocupa a los vecinos es que las tumbas no tienen placas y “son todas NN”. Hay algunas placas identificatorias puestas por los familiares.
Un tercer punto ya es más complejo. Cuando se instaló el protocolo para los entierros, los familiares estaban impedidos de reconocer a sus familiares muertos. “Y a ciencia cierta, nosotros no sabemos si el que está en esa tumba es realmente nuestro familiar” señala una mujer con angustia. Es claro que no existieron los velatorios y los féretros no se sellaron delante de los familiares como es la costumbre.
También los vecinos reclaman que no hay agua en el sector y que resulta peligroso buscarla porque el sector de los fallecidos por Covid en el cementerio municipal tiene una calle pública que lo atraviesa.
Lamentablemente el Covid dejó y dejará con el pasar del tiempo nuevas consecuencias tanto en la salud de las personas que la han padecido como en los temas concomitantes. Este es uno de ellos.
Seguramente la buena voluntad de todos hará disipar las angustias de los afectados con una salida humanitaria, técnica profesional y pronta.
Daniel Frank