El de la fotografía es “el Emi”. Así se presenta cada vez que atiende el teléfono en el consultorio Covid del SAMCo. Así lo han conocido los enfermos.
Se pensaba que era un enfermero o un médico joven. Pero no, porque tiene apenas 18 años. Y desde hace más de un año que está trabajando como voluntario en el Hospital de Esperanza en el área de Covid.
Cuando preguntamos qué hace nos dijeron: “Hace de todo. Y cuando le decimos de todo, es de todo” ratifican y ejemplifican.
“Atender el teléfono, recepcionar pacientes, camillar pacientes, y hoy al mediodía tuvimos en el hospital la primera cesárea de una mamá Covid positiva.
Por cuestión de salud, el papá no pudo acompañar a su esposa e hijo en su internación. Pero ella y el niño nunca estuvieron solas.
Porque aparece “el Emi” también en esta historia.
Es sábado a la noche y aparece con su mirada pícara y su equipo de astronauta, el pibe de 18 años, ayudando a la mamá y a su bebé.
Sin obligación alguna, con su edad de chico de secundario, cambia a un bebé por primera vez en su vida. ¡Cómo no te vas a emocionar con este pibe voluntario de Esperanza que tiene 18 años y el amor y la solidaridad le brotan por los poros!
¡Me entendés que tiene sólo 18 años! ¡Mirá si no me voy a emocionar al verlo en la foto!
Mirá si al verlo no voy a seguir en este camino con la convicción que es el correcto.
Esta semana fue negra para Esperanza. Nefasta. Desde donde se la mire. La muerte y la falta de empatía nos golpearon en la cara todos los putos días.
Demasiadas incongruencias, muchas decepciones. Enorme desgaste, tanta lucha con los demás médicos y enfermeras, y a veces te agarran esas ganas de tirar todo al carajo.
Pero te cruzás con “el Emi” y su testimonio te dice que tu sacrificio no es en vano. Que no todo está perdido y que este maldito momento, en algún punto, vale la pena.
¡Gracias Emi Límido, por recordarme porqué elegí esta profesión. Y felicitaciones Silvia Martínez. Tu hijo es maravilloso y me tomo el atrevimiento de compartirlo con orgullo!”.