El crimen de la joven se registró en 2012. Fueron imputados el veterinario Luis Corral y su supuesta amante, Paola Castro, con quien tendría un hijo.
Marcela Chiaro fue asesinada, descuartizada y arrojado su cuerpo seccionado en Tucumán. Así de horroroso el crimen, que recién 9 años después llegará a juicio. Su padre, no podrá verlo. Cargado de dolor, dejó de existir y abandonó este mundo sin ver justicia.
Marcela Chiaro era esperancina, se recibió de Ingeniera Agrónoma en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral.
Luis Corral era estudiante de veterinaria llegado desde San Miguel de Tucumán y se recibió de médico veterinario en la Facultad de Ciencias Veterinarias de nuestra ciudad. Allí se conocieron, y como tantos otros jóvenes decidieron unirse y montar su futuro en Tucumán, donde pusieron una veterinaria importante y conocida que atendía la esperancina, entre otras tareas lucrativas.
Vinieron en la última Navidad. La familia, especialmente la mamá, sospechaba que «la cosa» no iba bien.
Ambos tenían una hija pequeña quien es hoy una adolescente que estudia en la ciudad y vive con su familia materna, tal la decisión de la Justicia de Tucumán.
El 14 de febrero era el cumpleaños de su mamá, que esperó y esperó, pero nunca la llamó. Muy raro.
Al día siguiente según cuenta la familia, Luis Corral llamó a la familia para decirle que había desaparecido. Lo cual era más raro aún porque Marcela jamás hubiera abandonado a su hija pensaron en la familia y se llenaron de angustia.
Rosana Chiaro y su hermana Jacquelina viajaron a ver qué había pasado con su hermana. Y lentamente las cosas se fueron sabiendo.
Corral había hecho la denuncia por fuga de hogar, y no por desaparición de persona, dos días después de su desaparición y entonces la policía nunca la buscó y además, descubrieron que una tal Paola Castro, una joven estudiante salteña cercana al marido de Marcela, podría ser la amante de Luis Corral e incluso tener un bebé de dos meses. Y más porque le pagaba un departamento en plena Avenida Alem al 1400.
Hubo allanamientos en la veterinaria y en la casa de la amante de Corral y encontraron sangre. Nueve meses después, unos trabajadores de un cañaveral encontraron restos humanos. Era lo que quedaba del cuerpo de Marcela Chiaro.
La amante decidió hablar y fue a acusarlo directamente al padre de su hijo como el asesino. Una catarata de recursos legales y demás estiraron el tiempo, e incluso hicieron que ambos recuperaran la libertad, con la imposición además de querer ver a su hija que fue lo peor para la familia Chiaro en Esperanza.
«Incluso ha formado nuevamente pareja, trabaja normalmente y hace una vida como si nada hubiera pasado» se lamentaban los Chiaro en la ciudad.
Finalmente, el 8 y el 9 de noviembre se harán las audiencias para este caso.
Rosana Chiaro ya dijo en nuestra ciudad que viajará para enfrentar este juicio tan doloroso porque traerá todo de nuevo a la memoria.
«La angustia era insoportable. Ahora hay otro paso. Tenemos la enorme esperanza que al fin mi hermana tenga justicia para descansar en paz» dijo Rosana Chiaro.
No está demás decir las enormes penurias económicas que debieron pasar los Chiaro en Esperanza para poder afrontar este juicio que por 9 años se extendió de forma inentendible para el vulgo. Eso debido a los vericuetos legales que permite el sistema de justicia a personas que tienen un buen pasar económico y pueden afrontarlo, no así para el común de la gente.
Y sin dudas que no será fácil este juicio para otra persona valiosa, la hija de ambos, hoy adolescente de 14 años y que mora en Esperanza en casa de su tía.
Daniel Frank