Con una pasión por volar que sigue intacta después de más de siete décadas, la primera mujer piloto de vuelo a vela de la provincia realizó un emotivo vuelo en el Club de Planeadores de nuestra ciudad, reviviendo la hazaña que inició a sus 17 años.
La historia de la aviación santafesina vivió un capítulo cargado de emoción y simbolismo. Beatriz Zen, “Tita”, de 92 años, volvió a surcar los cielos a bordo de un planeador en el Club de Planeadores de Esperanza, demostrando que la pasión por el vuelo no tiene fecha de vencimiento.
Zen no es una aviadora cualquiera; es la pionera que rompió barreras en 1949 cuando, con apenas 17 años, se convirtió en la primera mujer de la provincia en obtener la “Patente Nacional” de piloto de vuelo a vela. Bajo la instrucción de Guido Rizzi, forjó un camino que inspiraría a generaciones de mujeres aviadoras.
Más de siete décadas después, ese mismo espíritu intrépido y la chispa de quien descubre su vocación permanecen vivos. Su regreso a los aires no fue solo un acto nostálgico, sino una poderosa reafirmación de una vida dedicada a su gran pasión. “Es un ejemplo viviente de que los sueños no envejecen”, comentaron desde el club, que vivió su vuelo como un momento de orgullo colectivo para la institución, la ciudad y el vuelo a vela argentino.
Más allá de los hangares, “Tita” es también una reconocida artista plástica en la ciudad, egresada de la Escuela Normal en 1951, otra faceta que desarrolla con la misma dedicación. Sin embargo, fue en el aire donde, una vez más, a sus 92 años, demostró que la verdadera pasión es la que nos eleva, sin importar el paso del tiempo.
