La Sociedad Rural de Las Colonias tuvo dos excelentes jornadas donde se cumplió el objetivo principal que tiene como destinos los comedores solidarios de Esperanza y de la zona. El grano de maíz como puente entre el campo y la ciudad.
La intención inicial era realizarlo el fin de semana, pero el intenso temporal de lluvias caídas en toda la región obligó a postergarlo por un par de días hasta que el campo tuviera «piso».
Fueron cinco las entidades que quisieron integrarse en un trabajo inédito para la región: la Sociedad Rural de Las Colonias, la Cooperativa Lehmann, la Juventud de dicha entidad, el Ateneo Juvenil de la Rural y el Centro de Estudiantes de Ciencias Agrarias, los que sumaron esfuerzos para aportar el campo de 5 hectáreas, las semillas, los insumos y el conocimiento.
Objetivo cumplido
Los organizadores apuntaron a que la gente de la ciudad vea las particularidades de la producción de alimentos, atravesada por variables tales como el clima o las plagas, y el esfuerzo que conlleva vivir y trasladarse desde zonas rurales.
En este sentido, Diego Alonso, presidente de la Sociedad Rural de Las Colonias, se entusiasmó con la chocleada como disparador de una agenda cargada de actividades, que incluye la tradicional «vidriera genética» y la celebración de los 25 años de relación institucional con la Guillermo Lehmann en septiembre.
Para Mayco Mansilla, integrante de la Sociedad Rural, es el puntapié inicial de un camino a recorrer para acercar el campo a la ciudad. Y proyectó un potencial ilimitado si se aprovecha todo lo que el campo le da a la ciudad.
El lote contiene unos 300 mil choclos, que volcados a números implican unas 35 toneladas de maíz.
En las últimas horas del martes, el comedor «Chevelita» de Esperanza fue el primero en recibir parte del cargamento verde y dorado.