Las compañías de medicina prepaga están inmersas en debates sobre los próximos ajustes en sus tarifas mensuales, considerando posibles incrementos que podrían llegar hasta un 30% para febrero.
Esta discusión se da en el contexto de haber implementado ya un aumento del 40% en enero, en respuesta al reciente Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del Presidente Javier Milei que permitió a estas empresas reajustar sus precios.
Avalian, una de las empresas del rubro, comunicó a sus afiliados un incremento del 40% a partir del 1° de enero, citando el DNU 70/2023, el cual habilitó la recomposición de los valores de las cuotas de los planes vigentes. Argumentaron la necesidad de mantener la cobertura ante los crecientes costos de insumos y medicamentos, la elevada inflación, la devaluación y la necesidad de adaptar los salarios del personal sanitario.
En un intento por amortiguar el impacto, el Consejo de Administración decidió reducir el aumento del capital proporcional en un 5% con respecto a la notificación previa de diciembre.
Los debates actuales entre las empresas apuntan a establecer un aumento que oscile entre el 25% y el 30% para febrero. Este nuevo ajuste representaría un nuevo golpe a los bolsillos de los afiliados tras el reciente aumento decidido a fines de enero, poco después de la publicación del DNU 70/2023, que desregularizó varios aspectos de la economía del país.
La pauta de aumento planteada por estas compañías coincide con la anunciada por Sancor Salud, la cual ya había adelantado un incremento del 40% en enero en su comunicación a los afiliados de diciembre.
El DNU 70/2023, que permitió la desregulación en múltiples sectores económicos, dio luz verde al sector de las prepagas para recomponer precios inmediatamente tras meses de congelamiento.
Tras reuniones individuales entre algunas empresas y el jefe de gabinete Nicolás Posse, poco después de la publicación del DNU, se habló de una libertad absoluta en la fijación de precios. Se solicitó prudencia en los aumentos para evitar trasladar de golpe los atrasos acumulados de varios años, sugiriendo escalonar los incrementos en dos o tres meses.
Se prevé una posible pérdida considerable de clientes si los ingresos de los afiliados no mejoran, lo que podría llevar a muchos a recurrir al sistema público de salud si no pueden afrontar los costos de las prepagas, situación que el Gobierno contempla.
Fente: ANB