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miércoles, marzo 12, 2025
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Un esperancino en el exterior: el recorrido de Juan Pablo Vogt en la informática y su visita a la ciudad

Juan Pablo Vogt es un esperancino que desarrolla su carrera en el exterior. Cursó la primaria en el Colegio San José y la secundaria en la EET Nº 455, para luego graduarse como Ingeniero en Informática en la UNL.

Durante su etapa universitaria, colaboró ​​en nuestro medio, donde junto a Lucas Paravano llevó adelante el suplemento “La Lupa del Usuario”, una sección dedicada a temas de tecnología y análisis de herramientas informáticas.

Hoy, con 44 años, Juan Pablo regresó a Esperanza para visitar a familiares y amigos, y especialmente para reunirse con sus compañeros de la EET Nº 455 y celebrar juntos los 25 años de egresados. Durante su estadía, también ofreció charlas en el Instituto Superior Nº 68 sobre su experiencia profesional y su vida en el exterior, compartiendo reflexiones sobre el impacto de la tecnología en diferentes culturas y consejos para los que desean desarrollarse en informática.

Desde el Nivel Inicial a la Facultad

En diálogo con nuestro medio, el esperancino indicó que “hice toda mi primaria y preescolar en el Colegio San José, luego la secundaria en la EET Nº 455, porque mi idea era ser arquitecto y después, a los 17 años, descubrí la computadora, dibujo en AutoCAD y programación y ahí vi que me gustaba eso y me fui a estudiar Ingeniería Informática en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas en el barrio El Pozo”. Luego expresó que “entonces cambié, me fui por la computadora, trabajé ahí, estudié y también hice una pasantía que fue mi primer contacto con el verdadero mundo de la programación, donde había un cliente al que había que hacerle cosas y resolver problemas. Además fui ayudante alumno de Programación y de Matemática que me gustaban mucho.

Una vez recibido, ¿cómo comenzaste?

“Cuando terminé la carrera, me pasó que no sabía muy bien para donde ir. La ingeniería te abre muchas puertas de muchas áreas de la informática como por ejemplo: redes, seguridad, auditoría, informática, etc. A mí me gustaba mucho la programación. Hice una parte técnica trabajando en el Programa Conectar Igualdad donde hice la infraestructura de red en la Escuela Gregoria Matorras y en una escuela de Frank. Eso fue un trabajo técnico para ver donde yo podía ayudar, pero mi idea era la programación.

¿Cómo llegaste a Bélgica?

“Cuando empiezo a buscar, dije bueno, ¿qué oportunidades de trabajo tengo? En ese momento llega un llamado de un amigo que se había recibido un tiempito antes que yo y se fue a Bélgica. Él me dice: acá hay trabajo de nuestro perfil. Yo salí con un perfil informático, con algo que se llama mecánica computacional, donde hay mucha física y es un perfil un poco especial que va perfecto para el trabajo que necesitábamos. Así que me fui a probar. Al principio preguntarle a la familia qué les parece. No sabíamos bien dónde iba a ir. Buscamos en el mapa y me dijeron bueno, andá a la aventura. Si no va bien, vas a tener techo y comida cuando vuelvas, probá. Entonces fui con la idea de hacer dos años y ya son 12 que me fui. En el medio estuvo la posibilidad de hacer teletrabajo, pasar más tiempo acá. Una vez que uno toma confianza y la gente sabe que vos trabajás bien, en una época que el teletrabajo no era algo común, yo ya lo había empezado a hacer y ver cómo funcionaba. Y después de nueve años en una empresa muy chiquitita, decido que era el momento de cambiar, aprender nuevas cosas. Y cambié a una multinacional donde se trabaja en equipo y se hacen otras cosas. Pasé de la física al dominio de la televisión broadcasting, donde la organización es totalmente diferente y, de hacer todo, absolutamente todo, pasé tener roles más definidos y donde hay gente que toma otro tipo de decisiones”.

¿Cómo es la cultura del trabajo de Bélgica?

“La verdad es que se respeta mucho el tiempo de las personas, el tiempo privado. Por ejemplo, en mi trabajo se trabaja de lunes a viernes y ya está. No se trabaja el fin de semana y eso se respeta a rajatabla. Es como que hay una cultura de que esto se tiene que respetar, salvo que tu trabajo sea justamente tener que trabajar fines de semana. Pero en nuestro caso está bien claro. Hay personas que van a trabajar los fines de semana, que van a estar de guardia porque nosotros hacemos software que se usa en eventos que corren los fines de semana y en algunas ocasiones se necesita gente que esté ahí, al pie del cañón, para atender cualquier problema. Entonces se designa a alguien que va a estar de guardia y si te llaman, eso se va a pagar extra, si es que la consulta dura más de 20 minutos. Esto está muy claro. Se separa la vida privada del trabajo.

Cuando volvés a Esperanza, ¿con qué te encontrás? ¿Cómo encontrás el país?

“Mirá, los primeros años que yo venía me guardaba todas las vacaciones para venir a Esperanza y ver a la familia, porque me fui solo. No manejaba el idioma. En el sur de Bélgica se habla francés. Yo no tenía ni idea. Entonces sufría mucho, por eso me guardaba todas las vacaciones para estar con la familia. Al principio no notaba nada. Ya el tercer año empezaba a ver cómo el ritmo de vida me afectaba”.

“Si vas a cruzar la calle, el auto va a frenar. Siempre se cruza por la senda. Acá volvés y te encontrás que pasa todo el mundo y vos tenés que ver cuando cruzás. En la administración de acá se usa: no, que tenés que venir con el documento y la fotocopia. Allá tenés el documento con un chip. Cuando alguien tiene que hacer un trámite acercás el docmento a un lector y ahí se ven todos tus datos. O sea, esos pequeños detalles de vida del día a día allá son más simples y acá veníamos atrasados. Cuando la tecnología está en todos lados, o sea, la informática, internet está en todos lados. Entonces empecé a ver ese choque entre la locura de que todo tiene que ser ya, ya, ya acá y que allá está para todo un poco más ordenado. Digamos como que la cultura ya empezó a cambiarme a mí un poco”.

La familia

“Yo vivía con mi abuela Ana y mi mamá Susana. Y luego mi mamá consigue tener una vivienda porque es licenciada en enfermería y trabajaba como enfermera. Entonces nos mudamos ahí. Al tiempo, mi abuela fallece. Y yo a veces estaba un poco en los dos lados, en una casa y la otra. Después, cuando ya no estaba mi abuela, pasamos el resto de la vida en la casa de mi mamá. Soy el único hijo entonces eso hace también que te estén esperando y que todo el tiempo estén pensando en vos. Guardo muy lindos recuerdos de mi infancia y adolescencia.

¿Cuánto hace que llegaste a Esperanza?

Llegué hace cuatro semanas. Estuve dos semanas que fueron de vacaciones, descansar, desconectarme. Después hice dos semanas de teletrabajo. Ahí me tenía que levantar temprano. Y mis colegas arreglaron las reuniones para que no me tenga que levantar a las cuatro de la mañana. Tenemos cinco horas de diferencia. Entonces me puedo levantar, depende del día, a las seis o a las siete”.

¿Cómo ves la tecnología hoy? y ¿cómo te la imaginás en cinco años?

“Y por ahí lo que es tecnología, cambió mucho y va a cambiar cualquier cantidad. En la universidad yo hice, por ejemplo, proyectos de introducción en la investigación. En un momento pensé, me gustaba la investigación, capaz sigo la carrera de investigador. Después dije no, quiero ir a la industria. Cosas que yo hice, que vi y que estudié y gente se preparó durante 15 años estudiando cómo resolver, por ejemplo, modelos para procesar el habla, todo eso desapareció. Es como borrón y cuenta nueva con todos los modelos de redes neuronales que hay hoy, porque las trabajaban, pero cambió demasiado. Entonces yo veo que en la aceleración de tecnologías va a haber cosas que antes nosotros pensábamos: va a llevar mucho más tiempo, pero no, va a acelerar y va a cambiar mucho nuestra vida.

¿Cómo te ves vos en ese cambio dentro de cinco años?

“Yo lo que veo es que estoy justo como en la transición y eso me facilita. Yo creo que cuando tengo una duda, la forma en que yo abordo el problema es muy diferente. No necesito la inmediatez del resultado. Puedo o estoy acostumbrado a estudiar de un libro, a buscar documentación, informarme y pensar una resolución de un problema y usar cuando necesito los sistemas de inteligencia artificial, que para algunas cosas funcionan, para otras no. Todavía están media verde, pero tengo buen criterio para que lo que te informa una inteligencia artificial, es decir me sirve o no me sirve, que por ahí lo que veo es que en las nuevas generaciones se van directamente a la inteligencia artificial y les falta el criterio para decir che, lo que me das no es lo que corresponde, porque a veces te inventan las inteligencias artificiales que estamos usando. Entonces yo creo que va a cambiar muchísimo, que estoy en el medio como para sacarle fruto a la inteligencia artificial”.

Hoy estás en el Instituto 68, charlando, conversando, dándoles una charla a los alumnos. ¿Qué consejo les darías a ellos?

“Les contaba que conseguí un trabajo gracias a mis estudios. Siempre me esforcé al máximo, incluso en las materias que no me gustaban, porque sabía que eso me abriría puertas. Y así fue: mis profesores me recomendaron y pude conseguir oportunidades que no esperaba.

Lo importante es dar lo mejor de uno mismo, sin esperar reconocimiento. A veces, las acciones más pequeñas pueden tener grandes consecuencias. Arreglarle la impresora a alguien, por ejemplo, puede llevar a nuevas oportunidades. Mi consejo es que siempre se esfuercen al máximo, porque los resultados pueden sorprenderlos.”

Con respecto a la escuela secundaria

En cuanto a la escuela secundaria el esperancino que vive en Bélgica expresó que “hay que aprovechar el momento que estamos en la escuela, porque si lo aprovechás acá, después tenés el tiempo libre. O sea, si vos prestás atención y participás en clase, no necesitás pasar tantas horas después estudiando para un examen, porque ya lo fuiste viendo en su debido tiempo. Entonces esa creo que es, un poquito, la otra clave: aprovechar la oportunidad en la escuela.

La importancia del idioma Inglés

Luego, Juan Pablo agregó que “hoy estaba hablando con los alumnos del Profesorado de Inglés y con los de la carrera Análisis Funcional en Informática y les dije que es importante de tener una buena base de inglés, aunque sea técnica, porque toda la nueva información llega cada vez va más rápido y primero sale en inglés porque te vas a comunicar con un alemán, con alguien de China, de donde quieras, y van a usar el inglés. Entonces es importante prestarle atención al idioma, que no se necesita ser Shakespeare, que con poder comunicarse presente, pasado y futuro con un vocabulario mínimo ya empieza a abrir puertas.

Reencuentro con sus compañeros de hace 25 años…

Para finalizar Juan Pablo Vogt señaló que “ayer justamente estuve en los 25 años de los exalumnos de la EET Nº 455. Fue muy lindo encontrarnos. Y yo lo que les comentaba que es algo que realmente sentí. A mí la escuela secundaria me permitió explotar. Yo fui con una muy buena base en parte porque tenía buenos profesores y yo también puse de mí para estudiar.

El colono del Oeste