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martes, mayo 7, 2024
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Basta de violencia contra la mujer y justicia para Noelia

“Hoy recordamos a Noelia,mujer, hija, madre,hermana y amiga. Noelia fue víctima de femicidio el 27 de enero 2020 cuando ocurrieron 298 femicidios en Argentina. 256 niños perdieron a sus madres. En el 65 % de los casos fue la pareja o ex pareja de la víctima. Entre el 1º y el 15 de enero del 2021 ya ocurrieron 23 muertes violentas”.

 

En calle Sarmiento, entre 25 de Mayo y Avenida Beck y Herzog con una actividad artística, comenzaron las actividades que sumaron una marcha en Humboldt al transcurrir un año del femicidio de Noelia Oschstadt.
A las 20, se rezó un rosario en la entrada de la localidad de Humboldt en el ingreso y egreso por ruta provincial Nº 70, ante la imagen de la Virgen María.
Luego, en un silencio contundente, la marcha se dirigió hacia la plaza central donde hubo una intervención con velas encendidas, retazos de telas y fotografías referente a la necesidad de terminar con la violencia contra las mujeres, así como se leyó un escrito.
Desde el Equipo de Género de la Comuna de Humboldt y desde el Movimiento de Mujeres Autoconvocadas se acompañó la iniciativa de la familia haciendo extensiva la invitación a quienes quisieron acompañarlos en esa emotiva jornada,
Femicidio. Fue hace un año. Acaeció en plena calle y con absoluta impunidad.
Noelia se había separado hacía un año de quien finalmente resultó ser su victimario, que tenía restricción de acercamiento emanada de la Justicia.
Noelia Oschstadt tenía 41 años y dos hijos de 6 y 14, producto de esa relación, que eran la luz de sus ojos.
El más pequeño, para mayor desgracia, fue testigo directo del ataque a las 7.30 de la mañana, cuando salía de su casa para ir a dejar al nene en la propiedad de sus familiares que moran cerca de donde ella trabajaba para mantener a sus hijos.
Iban la mujer y su pequeño hijo, como todos los días en bicicleta.
El ataque criminal se perpetró cuando se encontraba en la vía pública en zona de las calles Sarmiento y 25 de Mayo, pleno centro.
Vecinos del lugar indicaron que la pareja estaba separada hace alrededor de un año y que el agresor tenía una restricción de acercamiento dictaminado por la Justicia y al parecer entendió que su ex pareja no podía rehacer su vida.
Uno de los vecinos, incluso, dijo en la radio Aire de Santa Fe que el niño intentó defender a su madre. Según relató Oscar, comerciante de la zona, le rogó a su padre: “No, papá, no le hagas daño” ante el ataque.
El sujeto no tuvo piedad alguna. La asesinó de un escopetazo delante de su hijo más pequeño. La investigación quedó a cargo del fiscal Martín Torres, quien aseguró que “hay testigos del hecho”.
El pueblo de Humboldt marchó por justicia.

Dice Mar Pfeiffer
“Un día como hoy, hace un año atrás le arrebataron la vida a Noelia, en Humboldt.
La última vez que la veo viva es en la carnicería.
Tiene los cachetes colorados,
Un rostro redondo de rasgos suaves, una mirada mansa y la sonrisa siempre pronta. Es alta y de caderas anchas.
Había sido mi alumna en la Escuela de Arte.
Intenté imaginarla feliz viviendo en el campo a cielo abierto.
Pero no pudo ser.
Hace un año ya. Fui a la marcha silenciosa que se hizo en el pueblo. No éramos muchas.
Pocos hombres. La mayoría de las mujeres grandes, temerosas, espiaban por detrás de las persianas.
La marcha la organizaron las más jóvenes.
Y hoy, para recordarla, honrándola, tomo su voz…si cerramos los ojos quizá podamos oírla:
Tenía miedo. Sí. Pero me había acostumbrado.
Tantas veces había amenazado con matarme cuando vivíamos juntos…
Y después de separarme también.
Lo denuncié. Una y otra vez. Pero quedaba ahí, en papeles.
Lo más que conseguí fue que dictaminaran distancia perimetral. De nada sirvió.
Apenas terminé el secundario había empezado a estudiar Artes Visuales.
Viajaba a la ciudad todos los días muy temprano. Sólo un año, pero aprendí que los colores tenían un significado, que contaban cosas.
Rojo,
rojo sangre,
rojo pasión,
rojo ira,
rojo venganza,
rojo amor,
rojo odio.
Me hubiera gustado seguir estudiando….
¡Me iba a volver a casar! Me daba ilusión imaginarme viviendo en el campo.
Sentía que el amor sin miedo era posible para mí.
Tal vez mi error fue contar que estaba feliz.
¡Me sentía tan linda!
Dicen que verme así de linda fue lo que encendió la venganza.
Pero si él tenía otra mujer… Si ya habían pasado muchos años de la separación….
No puedo entender. Aún ya no estando allá, desde acá, donde todo se ve tan claro,
no puedo entender.
Hoy mi cuerpo ya no está.
Mis hijos se quedaron con mis padres.
Ellos son muy religiosos. Eso les da fuerzas para seguir adelante. Les agradezco tanto su amor incondicional.
Mi muerte ¿tendrá algo que ver con el amor?
No. Tiene que ver con el odio, con la pandemia del machismo, con el sistema patriarcal que nos persigue desde hace años. Tantos errores, tanto dolor…
Desde donde estoy ruego en silencio con mi boca de aire a todas las mujeres que griten, que canten, que recen, que no olviden que un hombre me mató, que fue femicidio. Que nadie lo olvide. Que se cuiden, que se defiendan, que eduquen en la igualdad, en la libertad, en el respeto, en la no violencia, en el amor. Que construyan redes. Que también los hombres ayuden a construir esas redes.
Voy a resucitar. Estoy segura. Cerraré el hueco que perforó mi cuerpo.
Y me veré bella y feliz.
Y se habrá hecho justicia. En mí y en todas las mujeres, tantas, asesinadas a lo largo de la historia.
Y el mundo será un lugar mejor”.

Daniel Frank