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viernes, abril 26, 2024
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Cuando la Justicia es ciega, la política es tuerta

Cifra patética, horrible, que conmueve hasta a las piedras. Seis de cada diez de los niños y niñas argentinos han sido empobrecidos. Y viven en la miseria. No hay políticas equivocadas. La pobreza es fruto del crimen del poder, no del error.

La provincia vive un momento escandaloso, con todos los jefes de fiscales que han nombrado los políticos del Ejecutivo y del Legislativo santafesino, en el sur y en el norte, asociados a causas penales, cuando no de participar en orgias con menores, de ser  socios del narcotráfico y de hampones de toda laya.

Y comienza entonces la discusión cuasi absurda entre las fuerzas políticas que los promueven, en el combate de “estos corruptos son míos y estos son tuyos” en una discusión por lo menos humillante para las instituciones y la sociedad.

Ejecutivo, Legislativo,  estudiosos de fiscales que no poseen carpetas de antecedentes sino de prontuarios, son nombrados ante el asombro de minorías de legisladores que votan en contra, pero son los menos. Oscuros “acuerdos” los superan. Entre ellos hay que rescatar la honorabilidad y excelencia moral y profesional de una esperancina, hija de un gobernador, vicegobernadora, fiscal federal y diputada provincial, la doctora Griselda Tessio.

Y no erran con ninguno. Más temprano que tarde estos jefes de fiscales, fiscales, jueces y demás, son asociados o vinculados a los peores y crueles delincuentes o bandas de criminales, en todo tipo de delitos que den dinero fácil.

Hay otros abogados y funcionarios de la Justicia de excelencia, pero jamás son votados. No son parte de los “acuerdos” entre sombras.

A este punto de la historia, hay que creer que el problema es más grave que tres o cuatro jefes de fiscales sean corruptos, sino que los que los eligen, el sistema político santafesino sea el indebido, porque genera un problema de dimensiones intolerables para la democracia y las instituciones.

Porque se ve con claridad que en esta provincia, si la Justicia es ciega es porque la política es tuerta. Y siempre elige jueces y fiscales con el ojo malo.

Y no por error, sino porque a estas alturas hay que creer para no pecar de ilusos, que lo que buscan es impunidad y beneficios legales para acciones políticas que la sociedad desconoce. Porque en la provincia de Santa Fe, también seis de cada niño y de cada niña es pobre. Y no es producto de un  error.

Daniel Frank