Cuentan en el Barrio Sur, que un joven, mayor de edad, que suele hacer actividades artísticas en semáforos para ganarse la vida y que no sería de nuestra ciudad, se puso de novio con una chica esperancina de 15 años del sector sur de la comunidad.
Habrían salido durante un mes aproximadamente como novios, pero la jovencita por lo que se indica en las fuentes consultadas, rompió con el muchacho por razones que se desconocen.
Al parecer, todo se encontraba normal tras la ruptura. Pero hubo un hecho que cambió las cosas.
Con engaños dicen unos y con violencia señalan otros, el desclasado habría logrado que la adolescente ingrese a la casa que alquila al parecer, de donde ya no pudo salir para su dolor y desgracia.
El delincuente tras discusiones la ató a la cama con violencia, la insultaba, la golpeaba y hasta recurrió a métodos de tortura como quemarle el cuerpo con cigarrillos. La finalidad por lo que se dice, era que la chica volviera con él. Un método, por cierto, poco convincente como para pensar en una historia de amor.
La chica habría estado en ese estado de esclavitud por lo menos dos días, en cuyo transcurso al parecer no fue abusada sexualmente, en principio.
Como habían pasado dos días, la jovencita tramó una forma de zafar de la situación y le dijo a su captor que su familia estaría preocupada y que le dejara hablar con una amiga para calmar a su familia, en caso de que la estuviera buscando.
Escribió entonces bajo la atenta mirada de su secuestrador. El mensaje no decía nada preocupante para el torturador, más, parecía ayudarlo, pero tenía una clave, un secreto compartido, un corazón amarillo al cual el sujeto no prestó atención y fue su final.
Es que las dos chicas habían tramado un día una estrategia en caso de estar en peligro en algún momento, y es que si podían mandar un mensaje con un teléfono celular, pondrían un corazón amarillo en el mensaje.
En el texto decía ella que estaba con el sujeto, en su casa, que se quedara tranquila.
Pero el corazón amarillo decía otra cosa, que estaba en riesgo.
Y fue entonces que la amiga de la secuestrada llamó al sujeto para consultarlo si era cierto que su amiga estaba en su casa. Como le dijo que sí, no dudó en ir hasta su casa, enfrentarlo, confrontarlo y rescatar a su amiga.
Horas después, la secuestrada con su familia habrían hecho la denuncia por lo que el sujeto fue y permanece detenido cursándose las instancias judiciales correspondientes.