San Francisco de Asís expresó: “En este mundo, no veo al Altísimo Hijo de Dios pero sí a Su Santísimo Cuerpo y Sangre”.
En un día de inmensa alegría y acción de gracias para los fieles, el sábado por la tarde se realizó la celebración de Corps Christi frente a la Basílica Natividad de la Santísima Virgen, bajo el lema “la Eucaristía es la fuerza para los débiles”.
La misa fue concelebrada por los cuatro sacerdotes de las parroquias de la ciudad, el Padre Salvador Zinicola (Basílica Natividad) junto a los sacerdotes Javier González Grenón (Parroquia Inmaculado Corazón de María del Barrio Sur), Daniel Achkar (Parroquia Sagrado Corazón de Jesús del Barrio Norte) y Bonifacio Mbithi (Parroquia San José del Barrio Oeste).
Conocida como Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, esta fiesta honra a Jesucristo, verdadera y realmente presente substancialmente bajo las apariencias del pan y del vino. Esa Presencia ocurre gracias a un cambio que la Iglesia llama transubstanciación (cambio de sustancia), en el momento en que el sacerdote, durante la Consagración en la Misa, dice las palabras que el mismo Cristo pronunció sobre el pan y el vino: “Este es Mi Cuerpo”, “Esta es Mi Sangre”, “Hagan esto en memoria Mía”.
El Corpus Christi se celebra anualmente el jueves siguiente de la solemnidad de la Santísima Trinidad, esto es, sesenta días después del Domingo de Resurrección, con el que culmina la Semana Santa. Este año la Solemnidad de Corpus Christi fue el jueves 30 de mayo, pero se transfirió al sábado 1º de junio en la diócesis de Santa Fe.
Cabe indicar que a la celebración de Corpus Christi llegaron fieles de todas las parroquias y capillas ya que suspendieron sus celebraciones de la tarde del sábado.
Al término de la Santa Misa se realizó la tradicional procesión alrededor de la Plaza San Martín con el Santísimo Sacramento, donde en cada esquina se impartió la bendición a los cuatro puntos cardinales de la ciudad.