Cuando vas a un barrio pobre y de obreros, de cualquier ciudad o pueblo de la Argentina, como en Esperanza por ejemplo, las mujeres pobres y trabajadoras te piden una escuela cerca, un trabajo digno, la oportunidad de tener un terrenito para poder – con el sacrificio de toda la familia- construir su casa y tener un hogar para dejar de ser el 28% horrible de la pobreza estructural de la Argentina.
Las mujeres pobres y trabajadoras, las que en el barrio les decimos mujeres “luchonas”, nunca en la Argentina pidieron un aborto para ellas o para sus hijas.
Que eso quede bien claro.
El aborto -además de ser un método de control de la natalidad propiciado por el Banco Mundial y el FMI- es un negocio de las clases que son o se sienten superiores.
Unos para obtener la plata fácil del Estado- un aborto le cuesta al estado argentino al dólar de hoy entre 50 y 135 mil pesos- y los otros, un aborto rápido y fácil, que le quite el “problema” y que no le cueste su dinero.
“Es una ley para el progreso y que amplía derechos” dicen, como si matar fuera un derecho, mientras el Estado incumple todos los demás derechos de las mujeres argentinas “luchonas”.
La ley de la esclavitud estuvo cien años en el mundo, y fue votada en el planeta por la misma razón en todos los parlamentos “progresistas y del primer mundo”, porque aseguraba “el progreso y ampliaba el derecho”.
Benefició a los mismos de siempre perjudicando a decenas de miles y miles de seres humanos esclavizados -especialmente del continente africano- organizando un mercado negro mundial de horrendas consecuencias. Mercado que hasta hoy persiste como “Trata de personas” y es uno de los tres negocios más redituables del crimen organizado mundial, incluyendo la perversión sexual y la venta de órganos.Un corazón en el mercado negro de Alemania se paga más de 100 mil Euros.
Cuando terminaron de construir y dominar los Estados y de hacer sus grandes fortunas, dijeron que era criminal. Y todos los países de la tierra obedecieron y quitaron ley de esclavitud. Pero el daño para toda la humanidad fue y es irreversible.
“La verdad, aún la de uno solo, sigue siendo la verdad. (Mahtma Gandi).
Angeles en el aire
Cuando callen a los niños
gritarán las piedras
será cuando las tumbas florezcan
en las clínicas y los hospitales
y se haga sangre cada flor.
Ellas, como un solo hombre
en batallones de jardines
saldrán a la calle
a vitorear sus nombres inocentes.
Como si mil banderas
nacieran en ese instante.
Y los pájaros mudos
resucitarán el canto en toda la tierra
en el silencio de cada tumba
transparente.
Y ellos se harán risas en el aire.
Cuando callen a los niños
brotarán miles de ángeles celestes
desde el verde pañuelo de la tierra.
Cada uno será una vela encendida
iluminando los cuerpos inocentes
abriéndolos de nuevo a la vida.
Tal vez haya perdón pero jamás olvido.
Cuando callen a los niños argentinos.
Daniel Frank