El único sustento de la profesión docente viene siendo la vocación y los dos únicos incentivos, el compromiso y los alumnos. Los gobiernos, en general, no están interesados en mejorar la performance docente. Y cuentan con un socio estratégico: los sindicatos.
Para ganar más, los educadores tienen que esperar un aumento en su antigüedad o ascender en la jerarquía, pasar del dictado de clases, a la gestión, de las aulas a las oficinas. De ese modo, buena parte de los docentes más capacitados pierden contacto con los alumnos. Además, en materia reglamentaria, el Estatuto Docente, con sus modificaciones y actualizaciones, es la norma sobre la que está montado casi todo el sistema educativo. Es de 1958.
Mariano Narodowski, en la nota de Alejandro Horvat Docencia en crisis: una carrera sin incentivos, sostuvo: “no es cierto que no hay evaluación a los docentes, justamente, el problema es que hay una evaluación completamente perversa para la que da lo mismo trabajar bien o no”.
Asimismo, los docentes con menos puntaje cubren vacantes en instituciones que los más calificados rechazaron, práctica a partir de la cual el mandato democrático-reformista, según el cual los mejores cuadros deben ocupar los espacios más desfavorecidos, queda destruido.
En definitiva, la docencia se ha convertido en una profesión poco atractiva para los jóvenes, sobre todo, tal como lo expresa Sandra Ziegler de FLACSO, para aquellos que disponen de opciones laborales “no rutinizadas, que brindan reconocimiento y gratificación”.
The best professors… in the classroom, please!
The “bread and butter” of educational profesion remains the vocation. The two mains incentives are the commitment and the students. In general, the governments are not interested in the professors’s good performances, and they have one strategy partner: the Unions.
For earn more, the professors must wait that their antiquity rise or elevate their position in the hierarchy, which involve abandon the class room, it is say, pass from give courses to the administratives offices. In this way, big part of more qualificated professors lost contact with the students. Moreover, in issues rules, the Estatuto Docente, is the norm that governing almost all educational system. Is on 1958.
Mariano Narodowski, in Alejandro Horvat´s note, support: “Is not true that the professors are not evaluated, indeed, the problem is that have one premanent evaluation that is absolutely perverse, for which is the same that someone to work good or bad”.
In adittion, the teachers with less score cover the vacancys the best qualificated professors leave, with which, the most important law of democratic-reformist tradition, according to which the best must occupated the most vulnerable institutions, is broken.
Finally, the professor career is are becoming non attractive for the young, mainly “for whom can acces on laboral options non rutinaried, that to give recongnition and gratification”, Sandra Ziegler of FLACSO say, in the Horvat´s note.
Mauricio Yennerich