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viernes, abril 26, 2024
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Paro docente: Más sentimientos de desvalorización y destrato que un problema de dinero

Los docentes hicieron un paro el miércoles y proponen otro para el 20 y 21, es decir miércoles y jueves de la semana próxima. Detrás de un tema de salarios, se esconden y desgranan otros puntos que tienen que ver con la incomunicación con el gobierno provincial, y el sentimiento de destrato y falta de valorización de la tarea cumplida, que afectó la salud de muchos docentes. Tanto que ya no hay más reemplazantes y se aceleraron fuertemente en este tiempo los pedidos de jubilación motorizando el abandono del sistema. lo que va a crear un problema serio a corto plazo.

 

No están enojados por el dinero aunque no les alcance y aunque no se hayan cumplido promesas firmadas con el gobierno provincial desde el año pasado. Están tristes y con un fuerte sentimiento de abandono y de falta de valorización de sus esfuerzos a manos del gobierno provincial. Estos sentimientos se adivinan en el tono y en los temas.
El Colono del Oeste dialogó con la secretaria de Amsafe Claudia Medina y las autoridades departamentales de Amsafe, luego que la asamblea votara las medidas de fuerza por unos 16 mil votos a 14 mil de los 30 mil docentes que hay en la provincia.
Señalaron que el año pasado el gobierno provincial les prometió poner los aumentos negros en el salario blanqueado.
Pero que no cumplió lo convenido. Y esos aumentos son todavía en negro y, por lo tanto, no van al salario y no son contados en los aumentos de este año.
Sobre el dinero también sostienen que el pago del aumento en tres etapas no puede terminar en enero del año que viene, porque entonces ya no cubre la inflación de este año. Que con 50 mil pesos por mes no vive una familia y menos si tiene que pagar alquiler y es único sostén de la economía familiar el docente.
Que quieren que se cumpla con el año pasado en materia de salarios y que se modifiquen los tiempos de pago de los aumentos de este año, quitando incluso el último aumento a ejecutarse en enero del año que viene. Pretenden sentarse a dialogar con el gobierno, pero no encuentran a nadie en la silla de enfrente.
Pero, a poco de iniciar la entrevista, aparecen otros temas.
El primero es que la pandemia causó un estado de incomunicación casi absoluta con las autoridades ministeriales y los docentes sienten que pusieron la cara para el cachetazo ante la sociedad, los que debía recibir el gobierno por lo que juzgan su impericia, que en parte se comprende porque la pandemia no tiene antecedente y fue un aprendizaje sobre la marcha.
Que trabajaron sin horarios, muchas más horas incluidos sábados y domingos; que debieron comprar computadoras por valor de unos 170 mil pesos, instalar internet en sus casas obligados por un gobierno que jamás los consultó si podían o si necesitaban una ayuda, y hoy que pareciera que lo peor de la tormenta ya pasó, ni siquiera les dicen gracias.
A todos los alumnos les preguntaron para ver si tenían wifi o teléfono, pero jamás a los docentes. Y los chicos y adolescentes siguen sin tener wifi ni aparatos telefónicos.
Que la educación se maneja por decreto pero la dignidad nunca llega al aula, ni para el docente, ni para el alumno.
Señalan que ni siquiera saben cuando termina el período escolar 2021 y se quejan de que primero las informaciones de lo que se va a hacer en las escuelas llegan a la prensa y a la gente antes que a las escuelas. Lo que pone en una situación de indefensión y victimización al docente y a las autoridades escolares. Hay un profundo estrés en los docentes, además de desorientación sobre el futuro inmediato. Tal es la situación que no quedan reemplazantes por educadores con carpeta médica, y que se van apilando los pedidos de jubilación “gastados” ya por la muerte de amigos y familiares, de compañeros al frente del aula -también en Esperanza y Las Colonias- y de muchas voces silenciosas de una situación que termina en un paro.

Hay cosas  muy importantes en la vida que no son sólo dinero.

        Daniel Frank