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domingo, abril 28, 2024
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Récord de estudiantes y un puñado de viviendas y departamentos en alquiler

Para algunos es un dato, para otros un drama. Sin dudas, a esta altura de febrero es la noticia de mayor interés para toda la ciudad. Porque las facultades de la Universidad Nacional del Litoral son una “cuestión de Estado” vista su importancia para la vida y la economía de la ciudad.

 

Lo cierto y concreto es que, los estudiantes universitarios de la Facultad de Medicina Veterinaria y los de la Facultad de Ciencias Agrarias, en nuestra ciudad, se encuentran en un “brete”. Alquilar.

 

Los hechos
Sucede un hecho histórico y tiene que ver con el efecto colateral del Covid 19, a saber.
En el año 2020 todos los estudiantes ingresantes y los que ya estaban en la ciudad en marzo, se fueron a sus provincias y a sus localidades de la provincia de Santa Fe. El Covid los sacó del sistema de alquileres.
Incluidos a los nuevos ingresantes de ese año.
En el año 2021, recién a finales del mismo, estudiantes, unos cuantos, retornaron al aula y por supuesto, comenzaron a hacer nuevos contratos de alquiler.
Eso ya promovió que en este año, las casas y departamentos comenzaran a menguar en número.
Pero para empeorar la situación y arrimarle leños al fuego, en este 2022 ambas facultades suman un nivel de ingresantes que es récord. Tanto que ni siquiera se puede calcular cuántos años hace que este número no se daba.
Son 220 ingresantes en Ciencias Agrarias y nada menos que 420 en medicina veterinaria.
Si es por citar números,se puede decir por ejemplo, suman por lo menos 50 ingresantes de Esperanza, Franck, San Jerónimo Norte y, Humboldt entre otras comunidades de Las Colonias y de la zona. Eso no era visible antes del Covid.
Seguramente se deben dar hechos económicos o de cuidados en la salud que se pretenden en las familias, como razones para que ello acontezca, entre otras situaciones que desconocemos.
Es decir que, hoy en la ciudad se tienen estudiantes que vienen de otras provincias como ingresantes del año 2022, que se suman a los que están desde el año 2020 y 2021 y los otros miles que son estudiantes de años más avanzados. Todos quieren una casa o un departamento, en una ciudad de 50 mil habitantes, donde hay edificios de altura enteros, que están completos solamente con inquilinos estudiantes universitarios.
El tema es complejo, y más lo será mientras vayan pasando los días. En estas fechas por lo pronto, se ven padres de hijos e hijas recorriendo la ciudad en sus automóviles buscando un hogar para sus vástagos universitarios, que comienzan la universidad o que ya eran parte de nuestra comunidad en años anteriores.
Espacios con contratos privados u alquileres por inmobiliarias, les da lo mismo, con precios de todo tipo, pero que claramente van hacia arriba. Es una realidad que se hace ley del mercado en el mundo entero.
Las facultades de Esperanza de la Universidad Nacional del Litoral, no son un tema menor para la economía de la ciudad. Son un tema de primerísimo orden, porque la economía de Esperanza en mucho, vive con el ingreso económico que ambas generan. Desde cargar nafta hasta comer, pasando por diversión y los deportes. Al lugar de la ciudad que se vaya, habrá siempre un estudiante haciendo algo. Incluso como trabajador.
Y a ello hay que sumarle la Escuela de Agricultura, Ganadería y Granja, de la que sabemos todos los años ocupa hasta el úlitmo banco, sirviendo educativamente a toda la zona.
No debe faltar de la suma el personal docente y no docente, investigadores y tantos otros items que resulta un número final de personas inimaginables, más si piensa en los servicios que la universidad terceriza.

 

Lo que viene
Esta situación seguramente será de interés para el gobierno esperancino y el Concejo Municipal, además que debe ser traccionada por los sectores económicos a los cuales la UNL beneficia desde hace decenas de años. Se trata de una emergencia.
El récord de estudiantes universitarios habla de la calidad de la enseñanza que se brinda, que es lo que hace que los jóvenes quieran venir a estudiar a Esperanza.

Una ciudad que, no debe olvidarse, tiene centros de estudios terciarios no universitarios también con necesidades de alquiler como el Instituto de la Escuela Normal Superior o el Instituto Almirante Brown.
Por lo pronto, salir del Covid ha marcado este tema como un hecho colateral que se necesita resolver de forma urgente.
Los esperancinos tenemos como pilar insustituible de construcción social a la educación, para lo que fue la colonización y el desarrollo. Sin dudas, es claro, que estamos ante una “cuestión de Estado” en la ciudad.
             

                                              Daniel Frank