La necesidad es hoy. Con angustia y hasta con desesperación. Para todas las actividades tanto laborales, sociales, como deportivas e institucionales. La sociedad tiene necesidad de accionar en todos los sectores, trabajo, educación, deportes. En el mundo en donde manda el Covid 19. Porque es su tiempo de pandemia, de enfermedad y de riesgo de muerte. El Covid claramente controla el tiempo. Condiciona la vida y quita las libertades.
Una de las preguntas de la gente al gobierno es ¿qué va a pasar mañana? Y en verdad, gobierno alguno de la tierra sabe qué va a pasar mañana.
Lo poco que se conoce es que el peor período es de abril a agosto. Y que en esos meses no se puede hacer nada. O casi nada. Porque todo esfuerzo está volcado a que se enferme y muera la menor cantidad de ciudadanos posibles. Hasta la policía de todas las provincias se olvida de los ladrones y se atiene a abortar fiestas clandestinas como al peor de los delitos.
Por ende, si el que manda es el Covid- los gobiernos sólo obedecen a su imposición aún a su pesar- habrá que pensar un país, una provincia, una ciudad y un pueblo de acción desde setiembre hasta abril como casi normal.
Los meses de enero, febrero y marzo no pueden ser de vacaciones sino de plena actividad, social, económica, deportiva, educativa y excéteras. Entonces se piensa que tener a los chicos y jóvenes de “vacaciones de verano” durante tres meses, es un error grave.
Igualmente paralizar la actividad pública de los gobiernos y los organismos oficiales.
¿Qué puede cambiar en el 2022? Nada o casi nada. Si bien el mundo y el tiempo,es decir, la vida, han entrado en el campo de lo imprevisible, lo poco que se sabe como período calendario es lo que se debería imponer.
Algunos ponen todas las fichas a la vacunación. El hecho tiene dos problemas. Si se produjera el milagro imposible de vacunarse al 100% de la población en este año, no se va a detener el contagio, sino sólo bajar el nivel de muertes.
Además Argentina vive al lado de mucha gente, por citar el más grande: Brasil, que tiene más de 200 millones de habitantes y el Covid es altamente contagioso. Con que un solo brasilero esté contagiado y sin control alcanza para volver a la enfermedad masiva en todo el continente.
Es claro y evidente a simple vista que el Covid ha impuesto su reloj y su calendario.
Se verá ahora qué reflejos tiene la sociedad y el poder para reorganizarse y generar los cambios estructurales necesarios, hasta que la pandemia pueda ser fuertemente menguada o detenida definitivamente.
Daniel Frank