“Para seguir el rastro del negocio de las drogas, es necesario ir por dos caminos.
Uno te lleva a los narcotraficantes y la policía además de la Justcia. Es la ruta de la droga.
El otro te lleva a los políticos, empresarios, empresas, bancos y en defintiva, a cualquier parte” dice un ex funcionario de la Provincia, especializado en el tema.
La decisión del gobernador Omar Perotti es de “cortar todo vínculo de la política y la policía con el delito”.
Traducido es: “lucha frontal, interna y externamente con el dinero de las drogas y su comercio”.
Cuando asume el Ministro de Seguridad Marcelo Saín lo dice y lo hace, de una manera descarnada. Junta a los 38 jefes y subjefes de las unidades regionales y les dice: “no juntan más, ni para ustedes ni para nosotros”.
¿Quienes son las tres unidades regionales que se revelan a partir de sus jefes?
Rafaela, límite con la provincia de Córdoba, que tiene un tercio de muertes por narcotráfico que Santa Fe. Es decir, allí conviven todos los actores como amigos.
Reconquista, límite por vía marítima con Corrientes, la llamada provincia de los narcogobernantes.
Rosario, cuya casa de al lado es nada menos que la provincia de Buenos Aires.
Los que se revelaron, incluso con ataques a tiro limpio como en Rosario, son las jefaturas de las unidades regionales fronterizas que controlan los pasos de las drogas por Santa Fe.
Ergo, lo que decía Saín y el gobierno no era para los delitos de cuatrerismo o de la prostitución, de los puntos secos para robar cargas de cereales. Saín lo que dijo, es que no hay más tolerancia con las drogas.
Vamos al combate
Combatir es elegir modelo
Hay dos tipos de modelos en el mundo, para combatir las drogas y el usufructo económico de ese multimillonario negocio, nunca vencido en país alguno.
Uno es el modelo norteamericano. El enfrentamiento. ¿Cuál es el resultado? Los Estados Unidos es considerado por el mundo como el modelo más regresivo en cárcel y castigo. Tiene el mayor número de encarcelados del planeta.
Y es el máximo país hoy en consumidores de drogas.
Madre Suiza
La otra política ensayada es la de restricción.
En ese sentido hay que ver la experiencia de -la madre- Suiza -para muchos esperancinos-.
“En Suiza a principios de los años ´90, Berna, Zurich y otras ciudades se volvieron tristemente célebres cuando en sus parques aparecieron toxicómanos que no vacilaban en inyectarse estupefacientes en público. Algunos medios estadounidenses lo llamaron el “parque de las jeringas”.
Los suizos entendieron un abordaje pragmático, partiendo de la idea de que una sociedad sin droga ha sido, es y será ilusoria, dice Le Monde Diplomatique.
Crearon los suizos la política de los “cuatro pilares”: 1) reducir el número de nuevos consumidores (prevención); 2) aumentar el número de desintoxicaciones exitosas (terapia); 3) restringir los daños de salud y la exclusión social de los usuarios (ayuda a la supervivencia y reducción de riesgos); y 4) proteger a la sociedad de las consecuencias nefastas de la droga y luchar contra el crimen organizado (represión).
Es decir, represión con control. Es muy común que en Suiza no haya “vendedores” de drogas en las calles sino “entregadores” a consumidores. Salvo a la hora del ingreso y la salida de los colegios, por ejemplo. Prefieren ver en la superficie a los que venden bajo el control del Estado, aunque la droga esté prohibida. Y les da resultado.
Rosario y el mundo
Acostumbrada al modo norteamericano, la sociedad argentina quiere el combate frontal, bala y cárcel.
En Rosario hay siete bandas conocidas que manejan cientos de millones de pesos mensuales. Empresarios, inversores, empresas, prestamistas, políticos, sindicalistas además de dinero obviamente bancarizado.
En verdad, en el mundo hay otros mundos económicos ilegales como la trata de personas, las armas ilegales, la evasión fiscal y sobornos, que ingresan al circuito institucionalizado para el blanqueo. De hecho, los expertos afirmaban ya en el año 2013, que el 33% del dinero incorporado al mundo económico y financiero formal proviene del delito.
Si la lucha contra el delito fuera exitosa, la economía mundial caería en pedazos.
No hay unidad de criterio
La lucha contra el narcotráfico, no puede detenerse, pero debe ser una unidad nacional como plan, aplicable en todas las provincias. Si no hay un trabajo conjunto de Santa Fe con Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Corrientes, por ejemplo, es como vendarse los ojos y atarse al poste.
Un hecho que la Argentina no tiene. Cada provincia maneja el tema como puede, porque además hay controversias con la Nación y las fuerzas federales.
Sin embargo, la Banda de Los Monos y otras bandas, en la provincia de Santa Fe, fueron descubiertas y atrapadas por las fuerzas policiales provinciales.
Hay que ver en las provincias como se llenan las cárceles de vendedores, pero no de políticos, empresarios, banqueros, comerciantes, inversores, inversores en clubes de fútbol, y demás criminales de “guante blanco”, porque históricamente este tipo de delincuentes, no sólo en el negocio de las drogas, visten traje y tienen contactos con el poder.
Y además, la política de la represión aplicada aumenta el número de vendedores, porque por cada uno que va a la cárcel por un par de años, aparece otro en su lugar y se van multiplicando. Argentina sigue el modelo norteamericano tan propio en los países latinos.
Van a mandar 3 mil gendarmes a controlar las rutas, pero no las rutas del dinero.
Las terapias
El modelo suizo tiene un problema. El costo social y las terapias. Si bien el número de delitos ha bajado hasta ser un tercio, el problema es el gasto público por la prevención y las terapias.
“Las terapias apuntan a tratar, seguir y finalmente llevar a los toxicómanos a la abstinencia y ayudarlos a reinsertarse en la sociedad. No existe una terapia aplicable en forma general a los toxicómanos, lo que implica la constitución de una gama de oferta terapéutica bastante amplia. La experiencia muestra que se necesitan diez años y varios intentos, para que un usuario de drogas duras se “desenganche” dicen los expertos.
Números
Estamos hablando en la provincia de Santa Fe de un movimiento por drogas de 9 mil millones de dólares por mes y de 112 mil millones de dólares al año de acuerdo a un estudio de la Universidad de Rosario. El actual presupuesto para todo el año de la Provincia de Santa fe es de 414.934.840.000 de pesos. Es decir, unos 5.200 millones de dólares.
Estamos hablando que un “soldadito” es clase media de inmediato con un salario de 1000 dólares mensaules, unos 80 mil pesos mensuales, gana más que un concejal.
Daniel Frank