Vanesa Soledad Castillo tenía 33 años, era madre soltera de una hija de 11, maestra de grado y estudiante del Profesorado en Historia en el Instituto N° 8 “Almirante Brown”, cuando fue asesinada en la puerta de la Escuela N° 533 “Victoriano Montes” de Alto Verde. Fue el 15 de febrero de 2018, al mediodía. La docente murió tras desangrarse por causa de las 10 punciones realizadas, con una faca, sobre su espalda y torso, por Juan Ramón Cano, alias “Chacho”, de 32 años, argentino. Cano venía de purgar tres años de condena en la prisión de Coronda y gozaba de libertad a pesar de que al momento de cometer el homicidio hacía meses que se había radicado una denuncia en su contra por abusar sexualmente de una mujer en el baño de un hospital.
Ampliación de las testimoniales
El caso entró en la etapa previa a la instancia oral, esto es, en audiencia preliminar, la misma se llevó a cabo en los Tribunales de la ciudad de Santa Fe, el día jueves 5 del corriente. Tal como lo establece el reglamento de procedimientos, ahora deberá pasarse a la instancia oral, en no menos de 15 días, ni más de 20. En esta etapa el magistrado busca comprobar que todas las acciones que se realizaron en la investigación, se hallan ajustadas a derecho y exentas de vicios, nulidades e irregularidades.
En la audiencia, presidida por el juez Nicolás Falkemberg, la abogada de la familia de Vanesa, la doctora Carolina Walker Torres, planteó la necesidad de incorporar las testimoniales de compañeros de trabajo de la maestra asesinada y de quienes se desempeñaban como funcionarios del ministerio: el delegado regional Juan Cruz Giménez, el ex secretario de educación, Oscar Di Paolo y la ex ministra y hoy diputada provincial, Claudia Balagué. La requisitoria de Walker Torres se ha justificado en la hipótesis que sostiene que a “Vanesa la mandaron a matar”. De lo cual, se infiere, que si Vanesa Castillo tomo conocimiento de situaciones delicadas y las informó debidamente, siguiendo la jerarquía oficial, esto es: jefe de departamento (en el caso de que lo hubiera), luego y sucesivamente: dirección, supervisión, delegación regional, secretaría y ministerio y éstos no ofrecieron el debido acompañamiento, poniendo reparos y resguardando la integridad física y moral de Castillo, se estaría ante una situación de abandono de la docente denunciante.
Las fiscales, doctoras Cristina Ferraro y Bárbara Ileras, expresaron su disidencia a la requisitoria de ampliar testimoniales. No obstante, han pedido, en función de los antecedentes y de la gravedad del hecho, la pena de prisión perpetua para Cano, imputándolo de “femicidio no íntimo”.
Cabe recordar que en su momento, la ministra escribió en su cuenta de twitter: “Mis condolencias y acompañamiento a la Escuela 533 de Alto Verde y a los familiares de la docente Vanesa Soledad Castillo, fallecida por un suceso violento a la salida de clase” y que el ministerio, al día siguiente, en honor a la memoria de la maestra, suspendió las actividades escolares en la Región IV y gestionó, con el entonces ministro de trabajo Julio Genesini, una pensión vitalicia para su hijita.
El asesinato por robo puesto en duda
La hipótesis de que a Vanesa Castillo la mataron por encargo surgió de su entorno familiar, en el cual han podido saber que Vanesa había detectado e informado sobre un caso de violación intrafamiliar, a una niña de 11 años, alumna de la escuela y ésta había quedado embarazada. Esta posición contradice la que sostiene que se trató de un robo, hipótesis que se debilita cada vez más, pues, en efecto, en la audiencia preliminar, Cano dijo que “el patrón de Vanesa me mandó a ʻsicariarlaʼ*. Me pagaron 50 mil pesos para matarla. Fui re drogado y la maté”. Dicho esto los abogados defensores, doctores Gustavo Durando y Javier Casco, le indicaron silencio, a lo que Cano hizo caso omiso.
El proceso, además, tiene hasta ahora dos etapas. Una comienza y termina con la designación del Fiscal Andrés Marchi, desplazado de la causa a pedido de la abogada querellante. Durante esta etapa se fue abonando la hipótesis de un asesinato por robo, específicamente, se argumentó que el interés de Cano era sustraerle la moto con la que la docente se trasladaba desde su lugar de residencia, Santa Rosa de Calchines, hasta Alto Verde, para cumplir con sus obligaciones laborales. El otro capítulo comienza con la mencionada audiencia preliminar y el pedido de ampliatoria de testimoniales de Walker Torres. Asimismo, la letrada ha manifestado preocupación ante la posibilidad de que se produzca un juicio abreviado, lo que complicaría el avance de la investigación en dirección a un “autor intelectual del crimen”. De hecho, la hipótesis de que a Vanesa la ultimaron por encargo, a Silvia Castillo, su hermana, le ha resultado absolutamente verosímil y, según sus declaraciones a la prensa, es un hecho que “estaría fundado con las pruebas incorporadas a la causa”.
Mauricio Yennerich
* La voz ´sicariar´ es un barbarismo producto de transformar en verbo el vocablo “sicario”, que significa “asesino a sueldo”.
(Fuentes: Aire de Santa Fe; diario El Litoral; Veo; LT10)