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domingo, abril 28, 2024
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Tres policías no pueden cuidar todo Humboldt

Una serie de robos y asaltos a mano armada están sucediendo en los últimos meses en la convecina localidad de Humboldt.

 

Un robo a un taller donde se llevan maquinarias de alta precisión que valen muchos miles de pesos cada una. Otro robo en otro galpón en zona urbana robándoles herramientas valiosas. Robo en viviendas de campo donde se llevaron hasta la ropa interior de una mujer.
Una sucesión de hechos delictivos al que se suma el reciente hurto de cables de energía de las cuatro torres de iluminación de la cancha de hockey del Club Juventud Unida, que le ocasiona una pérdida de 500 mil pesos y la imposibilidad de seguir entrenando en ese lugar, más la rotura de puertas, un robo en una granja cercana y en otra casa ubicada a unos 500 metros en esa misma noche.
Cada hecho es una desgracia. Pero lo acaecido en las últimas horas es peor en materia de riesgo de vida, porque asaltaron dos kioscos cercana la medianoche del miércoles para jueves.

En uno de ellos robaron una tablet y otros elementos mientras que minutos después tres sujetos, uno de ellos encapuchado, redujeron a un hombre joven que atendía el negocio, lo amenazaron de muerte con una filosa cuchilla en su cuello y le robaron unos 15 mil pesos y bebidas alcohólicas.
Lo que impresiona es lo que dice la gente y ha sido confirmado en cada fuente que consultamos. Le agradece a la policía por el esfuerzo, cuando en realidad, en una situación como ésta sería el blanco de todos los ataques.
«Tres policías no pueden cuidar todo Humboldt. Más cuando nos han traído a la comisaría a cuidar un preso peligroso que viene de Santa Fe» dice la gente. Y es claro que una acción de seguridad normal sería necesario por lo menos diez policías, dado los turnos de trabajo y de descanso. Con un preso incluido se necesitan dos policías que deben quedarse siempre en la comisaría.
En realidad, lo que sucede en Humboldt se escucha en todas las comisarías y pueblos de Las Colonias. Es público lo que acaece en Grutly, San Agustín, Humboldt y en otras localidades. Está claro que para que haya seguridad en Las Colonias se necesitan unos cien policías más de forma urgente.
Más aún, se conoce que desde agosto de este año, las autoridades de Humboldt han reclamado una entrevista con el Ministro de Seguridad de la Provincia, lo que aún no ha acontecido. No es el único pueblo de Las Colonias que ha pedido hablar con el Ministro de Seguridad.
Un tema es importante de analizar e insistir porque sucede desde hace años. La llegada de gendarmería y fuerzas nacionales a las grandes ciudades como Rafaela y Santa Fe, deja indefenso al resto del territorio.

Porque hay gente mala que emigra y se termina instalando en los pueblos del interior. Es la política de patear los hormigueros.
Esperanza es una muestra clarísima de lo que advertimos iba a pasar y venimos señalando en El Colono del Oeste desde que la primera fuerza nacional pisó la ciudad de Santa Fe hace varios años atrás.
Ahora la ola también se ha corrido hasta los pueblos del interior de Las Colonias. Es que mientras los conglomerados mayores sigan generando hormigueros, la situación es eterna.
Y también, se suma que los que viven de la delincuencia salen a robar a los pueblos y ciudades cercanas, porque son más impunes al haber muchísima menos seguridad que en esos centros urbanos. Algunas veces ayudados por elementos del delito locales muchos de ellos urgidos por el consumo de drogas. Tanto en zonas urbanas como rurales.
Un detalle: Humboldt tiene tres kioscos que atienden hasta pasada la medianoche. Uno de ellos tiene cámaras de seguridad. Robaron y asaltaron en los otros dos.

Daniel Frank