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viernes, abril 26, 2024
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Apostillas a “Kind of Blue” de Miles Davis

Entre 1955 y 1956, antes de grabar, junto a John Adderley, John Coltrane, Wynton Kelly, Bill Evans, Paul Chambers y Jimmy Cobs el disco Kind of Blue (1959) para la compañía Columbia Records, Miles Davis realiza dos contribuciones fundamentales para la historia del jazz.

Una de ellas es la música original de la película Ascenseur pour l´échafaud (Louis Malle, 1957), hecha sobre la base de improvisaciones que Davis producía observando, en pantalla cinematográfica, escenas de la película y la otra contribución se materializó en una serie de discos editados por el sello Prestige, una compañía de grabación de jazz neoyorquina fundada por Bob Weinstock en 1949. Se trata de Workin´ with the Miles Davis Quintet, Relaxin´ with the Miles Davis Quintet, Steamin´ with the Miles Davis Quintet y Cookin´ with the Miles Davis Quintet, cuatro registros que han sido realizados como parte de dos sesiones maratónicas, una llevada a cabo el 11 de mayo y la otra el 26 de octubre de 1956.

He de reconocer que escribir sobre Kind of blue, escuchándolo, habrá de resultar periodísticamente poco objetivo. Ya desde el primer tema, So what, las palabras que vienen a la mente son: genial, perfecto, maravilloso. No obstante, el propio Davis declaró en su autobiografía que “en Kind of Blue no conseguí lo que me proponía. Fallé en mi intento de incorporar al sonido final el sonido exacto del finger piano africano. Cuando lo expreso todos me miran como si estuviera loco”. Y sí. Algo parecido sucede cuando nos enteramos, por Jorge Valdano, que Diego Armando Maradona le comentó en el vestuario, aquel 22 de junio de 1986, después del Argentina 2 Inglaterra 1, que lo había visto por el rabillo del ojo, antes de patear al arco. Maradona le dijo que había visto que estaba solo, pero no había encontrado lugar por donde pasarle la pelota. También tuvo tiempo para recordar que el hermano le había recomendado no cambiar de palo, tras una acción similar unos meses antes.

“Pasó el tiempo pero sigue sonando como si hubiera sido grabado ayer”, dijo Quincy Jones sobre nuestro disco en cuestión. Esa es una cualidad de Kind of Blue: la mayoría de quienes lo escuchan, escuchan algo distinto cada vez que ponen play y éste puede ser un criterio adicional para juzgar una película, un libro, cuadro o disco como una obra maestra absoluta, pues el criterio más alto, además de la consabida belleza, es que no se parece a nada de lo que, dentro del género, se ha producido anteriormente: Ficciones de Jorge Luis Borges, por caso, pero lo más difícil de lograr es justamente que en cada oportunidad en la que lo escuchemos, notemos algo diferente, algo nuevo, algo que, desde luego, se cumple en Kind of Blue de Miles Davis.

Mauricio Yennerich

 

En la foto: Bill Evans, John Coltrane, Miles Davis y Cannonball Adderly