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domingo, abril 28, 2024
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De cómo el Estado le roba a un comisario

“Son 35 mil pesos. Eso es lo que se llevó el Estado de mi bolsillo. Le cobran impuestos a la gente que trabaja. En cualquier parte del mundo pareciera un ridículo. El mismo Estado que te saca esa plata, le perdona millones de pesos a ricos y famosos en materia de impuestos. ¿Cómo vas a querer pagar impuestos con gobiernos de esta conducta?” dice el comisario y se va pateando la vereda mientras masculla su bronca.
El impuesto en Argentina es una regresión inmoral. Los más pobres pagan en cada kilo de polenta, el 21 por ciento de impuesto. De cada diez pesos que un pobre usa para comprar alimentos, le sacan más de dos pesos.
Un trabajador debe pagar impuesto a las ganancias, mientras los evasores multimillonarios, incluidos integrantes de las familias presidenciales, declaran millones de dólares sin que sufran quita alguna por la plata que evadieron, ni siquieran deben regresarla al país.

Todos los sectores políticos, prometieron quitar esa ignominia que es el impuesto a las ganancias a la gente que trabaja. Todos mintieron con absoluto descaro. Incluso haciendo marchas multitudinarias prometiendo por el honor de sus vidas, que este uso arbitraria y nefasto del poder terminaría.

Más, incluso en ciertos períodos aumentaron la cantidad de “contibuyentes”. Por miles. Y esta negra historia de cómo robarle legalmente el valor del trabajo a los empleados públicos, policías, docentes, enfermeras, médicos, mediante este impuesto, se extiende a los trabajadores privados del campo y de la ciudad, que le piden por favor a las patronales que no les aumenten el sueldo, porque todo y más, va a alimentar la insaciable voracidad del Estado Nacional mientras que el que trabaja para sí y para el bienestar de su familia le es quitado al arbitrio desvergonzado del Estado.

Para tenerlo en claro
En cuanto a los orígenes del impuesto, el mismo se implementó por primera vez durante la presidencia dictatorial de José Félix Uriburu mediante el decreto-ley 11.586 del 19 de enero de 1932. Desde ese punto y durante las décadas venideras solamente se cobraba ganancias a bienes, empresas y a ciertas inversiones.
Se debe reordar que el 6 de septiembre de 1930, Uriburu encabezó una sublevación cívico-militar que derrocó por primera vez a un gobierno democrático. El del presidente Hipólito Yrigoyen, de la Unión Cívica Radical
Recién en 1973, cuando se daba el tercer mandato de Juan Domingo Perón, se estableció la cuarta categoría del impuesto con el cual se comenzó a considerar ganancias a los ingresos obtenidos por el trabajo personal, haciendo que los cargo públicos, trabajos en relación de dependencia y jubilaciones, entre otros, comiencen a tributar.
Siempre es bueno tener memoria.

     Daniel Frank